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1 Corintios 15 DHH94I

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1. Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Este es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes.#15.1 Pablo recalca en 15.1,3,11 el carácter tradicional de esta enseñanza, aceptada por todos (véase 1 Co 11.2 n.). Aquí (vv. 1-7) recuerda los hechos fundamentales de la historia de la redención.

2. También por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.#15.2 En vano: Cf. 15.16-17.

3. En primer lugar les he enseñado la misma tradición que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;#15.3 Cf. Is 53.5-12. Según las Escrituras: Aquí y en 15.4, la expresión puede aludir al mensaje global de las Escrituras del AT, y no sólo a pasajes determinados; cf. Lc 24.25-27,44-46, y véase Jn 20.9 n.

4. que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras;#15.4 Cf. Sal 16.10; Mt 12.40; Hch 2.24-32. Al tercer día: Mt 16.21; Mc 8.31; Lc 9.22. Los hechos recordados en 15.3-4 representan el núcleo del evangelio, tal como fue proclamado desde los comienzos de la iglesia (véase Hch 2.14-42 n.).

5. y que se apareció a Cefas,#15.5 Lc 24.34. Cefas: 1 Co 1.12 nota. y luego a los doce.#15.5 Mt 28.16-17; Mc 16.14; Lc 24.36; Jn 20.19.

6. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto.#15.6 Han muerto: Lit. duermen; con frecuencia se habla de la muerte en esta forma (así también en los vv. 18,20,51).

7. Después se apareció a Santiago,#15.7 Santiago: Probablemente, el llamado «hermano del Señor» (Gl 1.19; véase Hch 12.17 n.). y luego a todos los apóstoles.

8. Por último se me apareció también a mí,#15.8 Por último... también a mí: Hch 9.3-6; 1 Co 9.1. que soy como un niño nacido anormalmente.#15.8 Un niño nacido anormalmente: probable alusión a la manera especial en que Pablo nació a la fe cristiana, o bien a que su conversión tuvo lugar «fuera de tiempo» respecto de los demás apóstoles.

9. Pues yo soy el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.

10. Pero soy lo que soy porque Dios fue bueno conmigo; y su bondad para conmigo no ha resultado en vano. Al contrario, he trabajado más que todos ellos; aunque no he sido yo, sino Dios, que en su bondad me ha ayudado.

La resurrección de los demás

11. Lo que importa es que, tanto yo como ellos, esto es lo que hemos predicado, y esto es lo que ustedes han creído.

12. Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan?

13. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó;

14. y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen.

15. Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo,#15.15 Hch 4.33; 5.30-32. cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan.

16. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó;

17. y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados.#15.17 La resurrección de Cristo es parte integral de su acción redentora, sin la cual no habría perdón de pecados.

18. En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo.

19. Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.

20. Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar.#15.20 Col 1.18. Cristo, como primer fruto, garantiza con su propia resurrección la de los demás.

21. Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos.

22. Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida.#15.21-22 Ro 5.12-21; cf. Gn 3.17-19.

23. Pero cada uno en el orden que le corresponda: Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que son suyos.

24. Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote a todos los señoríos, autoridades y poderes,#15.24 Señoríos, autoridades y poderes: tres términos que designan las fuerzas enemigas de Dios, especialmente las angélicas (Col 2.15). y entregue el reino#15.24 Véase Reino de Dios en el Índice temático. al Dios y Padre.

25. Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén puestos debajo de sus pies;#15.25 Sal 110.1; véase Mt 22.44 n.

26. y el último enemigo que será derrotado es la muerte.

27. Porque Dios lo ha sometido todo bajo los pies de Cristo. Pero cuando dice que todo le ha quedado sometido, es claro que esto no incluye a Dios mismo, ya que es él quien le sometió todas las cosas.

28. Y cuando todo haya quedado sometido a Cristo, entonces Cristo mismo, que es el Hijo, se someterá a Dios, que es quien sometió a él todas las cosas. Así, Dios será todo en todo.

29. De otra manera, los que se bautizan por los muertos, ¿para qué lo harían? Si los muertos no resucitan, ¿para qué bautizarse por ellos?#15.29 Sobre esta práctica no se tienen más datos. Pablo argumenta que ella supone la esperanza en la resurrección de los muertos.

30. ¿Y por qué estamos nosotros en peligro a todas horas?

31. Porque, hermanos, todos los días estoy en peligro de muerte. Esto es tan cierto como la satisfacción que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor.

32. Si yo, al luchar con las fieras#15.32 Alusión a la práctica romana de la lucha con las fieras como espectáculo. Pablo la usa probablemente en sentido figurado para referirse a algún peligro que había sufrido (cf. Hch 19.23-41; 2 Co 1.8). en Éfeso, lo hubiera hecho por razones humanas, ¿qué habría ganado con eso? Si es verdad que los muertos no resucitan, entonces, como algunos dicen: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!»#15.32 Dicho popular (Is 22.13; véase Lc 12.19 n.).

33. No se dejen engañar. Como alguien dijo: «Los malos compañeros echan a perder las buenas costumbres.»#15.33 Dicho del poeta griego Menandro (siglo IV a.C.).

Cómo resucitarán los muertos

34. Vuelvan verdaderamente al buen juicio, y no pequen,#15.34 No pequen: o dejen de pecar. pues algunos de ustedes no conocen a Dios. Digo esto para que se avergüencen.

35. Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?»#15.35 Entre los griegos se creía en la inmortalidad del alma, pero no en la resurrección del cuerpo.

36. ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta.

37. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa.

38. Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde.

39. No todos los cuerpos son iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales, otro el de las aves y otro el de los peces.

40. Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres;#15.40 Es decir, hay unos cuerpos (o seres) apropiados para la existencia celestial, y otros para la terrenal (vv. 47-49). La expresión cuerpos celestes puede haber motivado la mención de los astros en el v. 41. pero una es la hermosura de los cuerpos celestes y otra la hermosura de los cuerpos terrestres.

41. El brillo del sol es diferente del brillo de la luna y del brillo de las estrellas; y aun entre las estrellas, el brillo de una es diferente del de otra.

42. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible.

43. Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte.

44. Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual.

45. Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida.

46. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual.

47. El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del cielo.

48. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo.

49. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo.#15.49 Nos parecemos al... nos pareceremos a: Lit. llevamos la imagen del... llevaremos la imagen de; la imagen literaria es la de ser revestido (cf. v. 53).

50. Quiero decirles, hermanos, que lo puramente material#15.50 Lo puramente material: Lit. la carne y la sangre; se trata del ser humano en su naturaleza puramente física y material. no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.

51. Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios:#15.51 El designio secreto de Dios: algo no conocido antes, ahora revelado (véase Índice temático). No todos moriremos, pero todos seremos transformados

52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados.#15.51-52 1 Ts 4.13-17. Pablo escribe considerando la esperanza que él y sus lectores tenían de que Jesucristo regresaría durante el transcurso de la vida de ellos. La trompeta: Mt 24.31.

53. Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad.#15.53 Cf. 2 Co 5.4.

54. Y cuando nuestra naturaleza corruptible se haya revestido de lo incorruptible, y cuando nuestro cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, se cumplirá lo que dice la Escritura: «La muerte ha sido devorada por la victoria.#15.54 Alusión a Is 25.8.

55. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»#15.55 Cita libre de Os 13.14. Aguijón: figura basada en la picadura venenosa del alacrán, como símbolo del poder para hacer daño o destruir.

56. El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley.#15.56 Este tema se desarrolla en Ro 5—7, y allí termina (Ro 7.25) con la misma acción de gracias que aparece en el v. 57.

57. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

58. Por lo tanto, mis queridos hermanos, sigan firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor; porque ustedes saben que no es en vano el trabajo que hacen en unión con el Señor.

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