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1 Samuel 15 DHH94I

« El Señor rechaza a Saúl

1. Un día, Samuel dijo a Saúl: —El Señor me envió#15.1 El Señor me envió: fórmula habitual con la que solía iniciarse el mensaje de un profeta (Jue 6.8; 2 S 12.1; 2 R 2.2). para consagrarte como rey de Israel, su pueblo.#15.1 Cf. 1 S 10.1. Por lo tanto, escucha lo que el Señor te quiere decir.

2. Así dice el Señor todopoderoso: “Voy a castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues se interpusieron en su camino cuando venía de Egipto.#15.2 Amalecitas: Véase Ex 17.8 nota, y cf. Dt 25.17-19.

3. Por lo tanto, ve y atácalos; destrúyelos#15.3 Destrúyelos: El verbo hebreo se refiere propiamente a la acción de consagrar a Dios, por medio del exterminio completo, las personas, animales y objetos obtenidos como botín de guerra. Acerca de esta práctica conocida con el nombre de herem, véase Nm 21.2 n. junto con todas sus posesiones, y no les tengas compasión. Mata hombres y mujeres, niños y recién nacidos, y también toros y ovejas, camellos y asnos.”

4. Saúl mandó llamar al pueblo y le pasó revista en Telaím.#15.4 Telaím: población mencionada en Jos 15.24 con el nombre de Télem, que se encontraba probablemente en la región del Négueb. Eran doscientos mil hombres de infantería y diez mil hombres de Judá.

5. Después Saúl se dirigió a la capital de Amalec y tomó posiciones junto al arroyo,

6. y dijo a los quenitas:#15.6 Los quenitas: Véase Jue 1.16 nota. —¡Apártense! ¡Salgan de en medio de los amalecitas, para que no los destruya a ustedes junto con ellos; pues ustedes se portaron bien con los israelitas cuando venían de Egipto! Los quenitas se apartaron de los amalecitas.

7. Entonces Saúl atacó a los amalecitas desde Havilá#15.7 Se desconoce la localización exacta de Havilá (cf. Gn 25.18). Algunos relacionan ese sitio con el río o arroyo de Egipto (Gn 15.18; Jos 15.4); otros, de acuerdo con Gn 10.29-30, piensan que se encontraba en los confines de Arabia. hasta la entrada de Sur, que está en la frontera de Egipto, y los derrotó;

8. tomó prisionero a Agag, su rey, y mató a filo de espada a todo su ejército.

9. Sin embargo, Saúl y su ejército dejaron con vida a Agag, y no mataron las mejores ovejas, ni los toros, ni los becerros más gordos, ni los carneros, ni destruyeron las cosas de valor, aunque sí destruyeron todo lo que era inútil y de poco valor.

10. Luego el Señor le habló a Samuel,#15.10 El Señor le habló a Samuel: Cf. 2 S 7.4; 1 R 12.22; 13.20. y le dijo:

11. —Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis órdenes.#15.11 Me pesa... mis órdenes: El amor de Dios espera ser correspondido, y por eso él no permanece indiferente ante las acciones de los seres humanos (cf., por ej., Jer 18.7-10). Si éstos no obedecen sus mandatos o no cumplen debidamente la misión que se les había confiado, él no puede menos que actuar en consecuencia (cf. Sal 50.16-21; Jer 26.3,13,19). Véase también Am 7.3 n. Samuel se quedó muy molesto, y durante toda la noche estuvo rogando al Señor.

12. A la mañana siguiente madrugó para ir al encuentro de Saúl, pero le avisaron que este se había ido a Carmel, que allí se había levantado un monumento, y que luego, dando un rodeo, había continuado hacia Guilgal.#15.12 Carmel, lugar situado al sur de Hebrón; no debe ser confundido con el monte Carmelo, que está bastante más al norte (véase 1 R 18.19 n.). Cf. Jos 15.55; 1 S 25.2.

13. Entonces Samuel fue a donde estaba Saúl, el cual le dijo: —El Señor te bendiga. Ya he cumplido la orden del Señor.

14. —¿Qué significan entonces esos balidos de ovejas y esos bramidos de toros que estoy escuchando? —respondió Samuel.

15. —Los han traído de Amalec —contestó Saúl—, porque la gente ha conservado las mejores ovejas y los mejores toros para ofrecerlos en sacrificio al Señor tu Dios. Pero hemos destruido lo demás.

16. —¡Calla, que te voy a comunicar lo que el Señor me dijo anoche! —le interrumpió Samuel. —Habla —respondió Saúl.

17. Y Samuel le dijo: —¿No te considerabas tú de poca importancia?#15.17 De poca importancia: 1 S 9.21. Sin embargo, has llegado a ser el jefe de las tribus israelitas, y el Señor te ha consagrado como rey de Israel.

18. Ahora bien, si el Señor te envió con la orden estricta de destruir a esos pecadores amalecitas, y de atacarlos hasta acabar con ellos,

19. ¿por qué desobedeciste sus órdenes y te lanzaste sobre lo que se le quitó al enemigo, actuando mal a los ojos del Señor?

20. Saúl contestó: —Yo obedecí las órdenes del Señor, y cumplí la misión que él me encomendó: he traído prisionero a Agag, rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.

21. Pero la tropa se quedó con ovejas y toros, lo mejor de lo que estaba destinado a la destrucción, para sacrificarlos en honor del Señor tu Dios en Guilgal.

22. Entonces Samuel dijo: «Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros.#15.22 Cf. Pr 21.3; Os 6.6; Am 5.22-24.

23. Tanto peca el que se rebela contra él como el que practica la adivinación;#15.23 Cf. Dt 18.10. semejante a quien adora a los ídolos es aquel que lo desobedece. Y como tú has rechazado sus mandatos, ahora él te rechaza como rey.»#15.22-23 Estos vv. expresan una de las ideas fundamentales del AT, en especial de los escritos proféticos. Véase Sal 40.6(7) nota.

24. Entonces Saúl dijo a Samuel: —Sí, he pecado, pues pasé por alto la orden del Señor y tus instrucciones, porque tuve miedo de la gente y atendí su petición.

25. Pero yo te ruego que perdones mi pecado y que regreses conmigo para adorar al Señor.

26. —No voy a regresar contigo —le respondió Samuel—, porque tú has rechazado el mandato del Señor, y ahora él te rechaza como rey de Israel.#15.26 Cf. 1 S 13.13-14.

27. Samuel se volvió para marcharse, pero Saúl lo agarró por el borde de su capa y se la desgarró.

28. Entonces Samuel le dijo a Saúl: —De esta misma manera, el Señor ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel. Te lo ha quitado para entregárselo a un compatriota tuyo, que es mejor que tú.#15.28 Tanto aquí como en 1 S 13.14 se hace alusión a David, sucesor de Saúl.

29. Porque Dios, que es la gloria de Israel, no miente ni se arrepiente, pues no es un simple hombre para arrepentirse.#15.29 Cf. Nm 23.19. Esta aclaración tiene el propósito de prevenir contra una interpretación excesivamente literal de los vv. 11 y 35, acerca del «pesar» y el «arrepentimiento» de Dios. Véase 1 S 15.11 n.

30. —Yo he pecado —repitió Saúl—. Pero te ruego que ante los ancianos de Israel#15.30 Ancianos de Israel: Véase 1 S 8.4 n. y ante todo el pueblo me sigas respetando como rey. Así que vuelve conmigo para adorar al Señor tu Dios.

31. Samuel volvió entonces con Saúl, y este adoró al Señor.

32. Luego Samuel ordenó: —Traigan ante mí a Agag, rey de Amalec. Agag se presentó muy tranquilo ante Samuel, pensando#15.32 Muy tranquilo ante Samuel, pensando: otra posible traducción: con recelo ante Samuel, aunque pensaba. que ya había pasado el peligro de una muerte amarga.

33. Pero Samuel le dijo: —Con tu espada dejaste sin hijos a muchas mujeres. Pues igual que ellas quedará tu madre. Y sin más, Samuel lo descuartizó en Guilgal, ante el Señor.

34. Después se fue a Ramá, y Saúl regresó a su casa, en Guibeá de Saúl.

35. Y Samuel nunca más volvió a ver a Saúl, aunque le causó mucha tristeza que el Señor se hubiera arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel.

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