2 Corintios 3 BDO1573
1. Comẽçamos otra vez à alabarnos à noſotros mismos? O tenemos neceſsidad, como algunos, de letras deencomendacion para vosotros, ò de recõmendacion de vosotros para otros?
2. Nuestras letras soys vosotros mismos escriptas en nuestros coraçones las quales ſon sabidas y leydas de todos los hõbres:
3. Quando es manifiesto que soys letra del Chriſto administrada de noſotros, y escripta no con tinta mas con el Eſpiritu del Dios biuo: no en tablas de piedra, ſi no en tablas de carne del coraçon:
4. Y tal consiança tenemos por el Chriſto para con Dios.
5. No que ſeamos sufficientes de noſotros mismos para pensar algo como de noſotros mismos: ſi no que nueſtra sufficiencia es de parte de Dios:
6. Elqual aũ nos hizo que fuessemos ministros sussicientes del Nueuo Teſtamento: no de la Letra, mas del Eſpiritu: porque la Letra mata, mas el Eſpiritu viuifica.
7. Y ſi el ministerio de muerte formado en las piedras fue para gloria, tãto que los hijos de Iſrael no pudieſſen poner los ojos en la faz de Moyſen, à cauſa de la gloria de ſu rostro, laqual auia de perecer.
8. Como no ſerá para mayor gloria el ministerio del Eſpiritu?
9. Porque ſi el ministerio de condemnacion fué de gloria, mucho mas abundará en gloria el ministerio de justicia.
10. Porque loque fue tan glorioso, en eſta parte ni aun fue glorioso en comparacion de la excelente gloria.
11. Porque ſi loque perece es para gloria, mucho mas sera para gloria loque permanece.
12. Anſique teniendo tal eſperãça, hablamos con mucha confiança:
13. Y no como Moyſen, que ponia vn velo ſobre ſu faz, para que los hijos de Iſrael no pusiessê los ojos en ſu cara, cuya gloria auia de perecer:
14. (Y anſi los sentidos deellos ſe embotaron: porque haſta el dia de oy les queda el mismo velo no descubierto en la leciõ del Viejo testamẽto, el qual por el Chriſto es quitado:
15. Antes haſta el dia de oy quando Moyſen es leydo, el velo eſtá pueſto ſobre el coraçon de ellos.
16. Empero quando ſe conuirtierẽ àl Señor, el velo ſe quitará.)
17. Porque el Señor es el Eſpiritu: y donde ay aquel Eſpiritu del Señor, alli ay libertad.
18. Portãto noſotros todos, puestos los ojos como en vn espejo en la gloria del Señor con cara descubierta, somos transformados de gloria en gloria en la misma ſemejança, como por el Eſpiritu del Señor.