Logo
🔍

2 Samuel 12 DHH94I

« Natán reprende a David

1. El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo: —En una ciudad había dos hombres. Uno era rico y el otro pobre.

2. El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas,

3. pero el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Y él mismo la crió, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija!

4. Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico; pero este no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para dársela al que había llegado.

5. David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán: —¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte!

6. ¡Y debe pagar cuatro veces#12.6 Cuatro veces: Era el precio que debía restituir el que había robado una oveja (Ex 22.1[21.37]). el valor#12.6 Valor: Cf. Ex 22.1. de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión!#12.6 Natán hizo que David pronunciara una sentencia condenatoria, presentándole un caso ficticio como si fuera real. De este modo, el culpable dictó su propia condena. Un procedimiento semejante empleó más tarde la mujer de Tecoa (2 S 14.1-20).

7. Entonces Natán le dijo: —¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: “Yo te escogí#12.7 Yo te escogí: Lit. te ungí (1 S 16.13). como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl;#12.7 Cf. 1 S 16.1-13.

8. te di el palacio y las mujeres de tu señor,#12.8 Las mujeres de tu señor: En el antiguo Oriente, el heredero del trono heredaba también el harén del rey fallecido (cf. 2 S 16.21-22; véase 1 R 2.16-25 n.). y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más.

9. ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, usando a los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer.#12.9 Cf. 2 S 11.2-4,14-17.

10. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia.

11. Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y se las entregaré a uno de tu familia, el cual se acostará con ellas a plena luz del sol.

12. Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.”#12.11-12 Natán predice la rebeldía de Absalón y el episodio relatado en 2 S 16.21-22.

13. David admitió ante Natán: —He pecado contra el Señor. Y Natán le respondió: —El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás.

14. Pero como has ofendido gravemente al Señor,#12.14 Has ofendido gravemente al Señor: Lit. has ofendido gravemente a los enemigos del Señor. El autor puso la palabra enemigos para evitar que estuvieran juntos el verbo ofender y el nombre del Dios de Israel. tu hijo recién nacido tendrá que morir.

15. Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías se enfermara gravemente.

16. Entonces David rogó a Dios por el niño, y ayunó y se pasó las noches acostado en el suelo.

17. Los ancianos que vivían en su palacio iban a rogarle que se levantara del suelo, pero él se negaba a hacerlo, y tampoco comía con ellos.

18. Siete días después murió el niño, y los oficiales de David tenían miedo de decírselo, pues pensaban: «Si cuando el niño aún vivía, le hablábamos y no nos hacía caso, ¿cómo vamos ahora a decirle que el niño ha muerto? ¡Puede cometer una barbaridad!»

19. Pero al ver David que sus oficiales hacían comentarios entre sí, comprendió que el niño había muerto; así que les preguntó: —¿Ha muerto el niño? —Sí, ya ha muerto —respondieron ellos.

20. Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó y se cambió de ropa, y entró en el templo para adorar al Señor. Después fue a su casa, y pidió de comer y comió.

21. Entonces sus oficiales le preguntaron: —¿Pero qué está haciendo Su Majestad? Cuando el niño aún vivía, Su Majestad ayunaba y lloraba por él; y ahora que el niño ha muerto, ¡Su Majestad se levanta y se pone a comer!

22. David respondió: —Cuando el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando que quizá el Señor tendría compasión de mí y lo dejaría vivir.

Nacimiento de Salomón

23. Pero ahora que ha muerto, ¿qué objeto tiene que yo ayune, si no puedo hacer que vuelva a la vida? ¡Yo iré a reunirme con él, pero él no volverá a reunirse conmigo!

24. Después David consoló a Betsabé, su mujer. Fue a visitarla y se unió a ella, y ella dio a luz un hijo al que David llamó Salomón.#12.24 En 1 Cr 22.9, a causa de la semejanza en el sonido, se pone el nombre de Salomón en relación con la palabra hebrea shalom, que quiere decir paz. Pero el nombre deriva probablemente de una raíz hebrea que significa reemplazar o restaurar. Cabe pensar, por lo tanto, que Betsabé llamó a su hijo Salomón porque él venía a reemplazar a su hermano muerto. El Señor amó a este niño,#12.24 Véase 2 S 11.27 n.

25. y así se lo hizo saber a David por medio del profeta Natán. David entonces, en atención al Señor, llamó al niño Jedidías.#12.25 En hebreo, Jedidías significa amado del Señor.

26. Mientras tanto, Joab lanzó un ataque contra la ciudad amonita de Rabá, y cuando ya estaba a punto de capturar la ciudad real,

27. envió a David el siguiente mensaje: «He estado atacando Rabá, y ya he capturado la ciudadela que protegía el abastecimiento de agua.

28. Por lo tanto reúna ahora Su Majestad el resto de las tropas, y ataque la ciudad y captúrela,#12.28 Joab pide a David que asuma personalmente el mando del ejército para el ataque final. De lo contrario, se podría pensar que la conquista de Rabá había sido una hazaña suya y no del rey. para que no sea yo quien lo haga y le pongan mi nombre.»#12.28 Y le pongan mi nombre: como antes Jerusalén había sido llamada Ciudad de David, porque él la había conquistado (2 S 5.7. Véase 2 S 5.9 nota.).

29. Entonces David reunió todas sus tropas y marchó contra Rabá, la atacó y la capturó.

30. Después tomó de la cabeza de su rey la corona de oro, que tenía piedras preciosas y pesaba treinta y tres kilos, y se la pusieron a David. También sacó David de la ciudad muchísimas cosas de valor,

31. y a la gente que aún quedaba en la ciudad la sacó de allí y la puso a trabajar con sierras y con trillos y hachas de hierro, así como en los hornos de ladrillo. Lo mismo hizo con todas las ciudades amonitas, y después regresó con todas sus tropas a Jerusalén.

»