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2 Samuel 24 DHH94I

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1. El Señor#24.1 Según 1 Cr 21.1, el causante de que David hiciera el censo fue Satanás. volvió a encenderse en ira contra los israelitas, e incitó a David contra ellos, ordenándole que hiciera un censo de Israel y Judá.

2. Entonces el rey ordenó a Joab, jefe del ejército, que lo acompañaba: —Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba,#24.2 Desde Dan hasta Beerseba: Véase 1 S 3.20 n. y haz el censo de la población, para que yo sepa cuántos habitantes hay.

3. Pero Joab respondió al rey: —Que el Señor, el Dios de Su Majestad, aumente su pueblo cien veces más de lo que es ahora, y que Su Majestad viva para verlo; pero, ¿para qué desea Su Majestad hacer un censo?#24.3 Como de costumbre, Joab manifiesta ser una persona muy práctica y calculadora (cf. 2 S 19.6-8).

4. Sin embargo, la orden del rey se impuso a Joab y a los jefes del ejército, y por lo tanto Joab y los jefes del ejército se retiraron de la presencia del rey para hacer el censo del pueblo de Israel.

5. Atravesaron el río Jordán y comenzaron por Aroer y por la ciudad que está en medio del valle, en dirección a Gad y Jazer.

6. Después fueron a Galaad y a Cadés, en el país de los hititas. Llegaron luego a Dan, y desde Dan dieron la vuelta por Sidón.

7. Después fueron a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y los cananeos, hasta salir al sur de Judá, a Beerseba.#24.5-7 El censo sigue un movimiento circular: empieza en el sur, desde Aroer, al este del Mar Muerto; luego sigue hacia el norte, por la ruta al este del río Jordán, hasta llegar a Dan. De allí avanza hacia el oeste, hasta la región de Tiro y Sidón; finalmente, se llega a Beerseba, en el sur, por la llanura costera del Mediterráneo. Véase Índice de mapas.

8. Al cabo de nueve meses y veinte días, y tras haber recorrido todo el país, llegaron a Jerusalén.

9. Joab entregó al rey cifras del censo de la población, y resultó que había en Israel ochocientos mil hombres aptos para la guerra, y quinientos mil en Judá.#24.9 Para las cifras con mil, véase 2 S 10.6 n.

10. Pero David se sintió culpable por haber hecho el censo de la población, y confesó al Señor: —He cometido un grave pecado al hacer esto. Pero te ruego, Señor, que perdones ahora el pecado de este siervo tuyo, pues me he portado como un necio.

11. A la mañana siguiente, cuando se levantó David, dijo el Señor al profeta Gad,#24.11 Véase 1 S 22.5 n. vidente al servicio de David:

12. «Ve a ver a David, y dile de mi parte que le propongo tres cosas, y que escoja la que él quiera que yo haga.»

13. Gad fue a ver a David, y le preguntó: —¿Qué prefieres: siete años#24.13 Siete años: cifra redonda para hablar del tiempo total que duraba una hambruna (cf. Gn 41.27) de hambre en el país, tres meses huyendo tú de la persecución de tus enemigos, o tres días de peste en el país? Piensa y decide ahora lo que he de responder al que me ha enviado.

14. Y David contestó a Gad: —Estoy en un grave aprieto. Ahora bien, es preferible que caigamos en manos del Señor, pues su bondad es muy grande, y no en manos de los hombres.

15. Entonces mandó el Señor una peste sobre Israel, desde aquella misma mañana hasta la fecha indicada, y desde Dan hasta Beerseba murieron setenta mil personas.

16. Y cuando el ángel estaba a punto de destruir Jerusalén, le pesó al Señor#24.16 Le pesó al Señor: En varias partes del AT se dice que Dios se arrepiente del castigo que pensaba infligir a su pueblo (Ex 32.14; Jer 42.10; Jon 3.10; cf. Jer 18.8; Jl 2.13-14). aquel daño y ordenó al ángel que estaba hiriendo al pueblo: «¡Basta ya, no sigas!» En aquel momento el ángel del Señor#24.16 A diferencia de otros pasajes del AT (véase Gn 16.7 nota), aquí el ángel del Señor es un ser distinto de Dios. se encontraba junto al lugar donde Arauna el jebuseo trillaba el trigo.#24.16 Donde... trillaba el trigo: Cf. Jue 6.37. Éste fue el sitio donde Salomón construyó más tarde el templo de Jerusalén (1 Cr 21.8—22.1; 2 Cr 3.1).

17. Y cuando David vio al ángel que hería a la población, dijo al Señor: —¡Yo soy quien ha pecado! ¡Yo soy el culpable! ¿Pero qué han hecho estos inocentes?#24.17 Estos inocentes: Lit. estas ovejas (cf. Jer 23.1-3; Ez 24.5; Zac 11.7,17). ¡Yo te ruego que tu castigo caiga sobre mí y sobre mi familia!

18. Aquel mismo día, Gad fue a ver a David, y le dijo que levantara un altar al Señor en el lugar donde Arauna el jebuseo trillaba el trigo.

19. Entonces David fue a hacer lo que Gad le había dicho por orden del Señor.

20. Arauna estaba mirando a lo lejos, cuando vio que el rey y sus servidores se dirigían hacia él. Entonces Arauna se adelantó, e inclinándose delante del rey

21. le dijo: —¿A qué se debe la visita de Su Majestad a su criado? David respondió: —Quiero comprarte el lugar donde trillas el trigo, para construir allí un altar al Señor, a fin de que la peste se retire del pueblo.

22. Y Arauna le contestó: —Tome Su Majestad lo que le parezca mejor, y ofrezca holocaustos. Aquí hay toros para el holocausto, y los trillos y los yugos de las yuntas pueden servir de leña.

23. ¡Todo esto se lo doy a Su Majestad! Además, Arauna exclamó: —¡Ojalá Su Majestad pueda complacer al Señor su Dios!

24. Pero el rey respondió: —Te lo agradezco, pero tengo que comprártelo todo pagándote lo que vale, pues no presentaré al Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada. De esta manera David compró aquel lugar y los toros por cincuenta monedas de plata,

25. y allí construyó un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de reconciliación. Entonces el Señor atendió las súplicas en favor del país, y la peste se retiró de Israel.