Hechos 15 DHH94I
1. Por aquel tiempo, algunos que habían ido de Judea a Antioquía comenzaron a enseñar a los hermanos que no podían salvarse si no se sometían al rito de la circuncisión, conforme a la práctica establecida por Moisés.#15.1 Estas personas consideraban que, puesto que el cristianismo era el cumplimiento de las promesas hechas a Israel, los no judíos tenían que hacerse judíos para salvarse; para ello, debían circuncidarse (cf. Gn 17.12; Lv 12.3) y cumplir la ley de Moisés (v. 5).
2. Pablo y Bernabé tuvieron una fuerte discusión con ellos, y por fin Pablo, Bernabé y algunos otros fueron nombrados para ir a Jerusalén a tratar este asunto con los apóstoles y ancianos de la iglesia de aquella ciudad.
3. Enviados, pues, por los de la iglesia de Antioquía, al pasar por las regiones de Fenicia y Samaria contaron cómo los no judíos habían dejado sus antiguas creencias para seguir a Dios. Y todos los hermanos se alegraron mucho con estas noticias.
4. Cuando Pablo y Bernabé llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y por los apóstoles y ancianos, y contaron todo lo que Dios había hecho con ellos.
5. Pero algunos fariseos que habían creído,#15.5 Fariseos que habían creído: Éstos, al igual que Pablo (Hch 23.6; Flp 3.5), aún se consideraban fariseos (véase Índice temático), y veían en Jesús el cumplimiento de sus esperanzas mesiánicas, conforme a la fe judaica. se levantaron y dijeron: —Es necesario circuncidar a los creyentes que no son judíos, y mandarles que cumplan la ley de Moisés.
6. Se reunieron entonces los apóstoles y los ancianos#15.6 Ancianos: dirigentes de la iglesia de Jerusalén; aunque, al parecer, también había otros presentes (vv. 12,22). para estudiar este asunto.
7. Después de mucho discutir, Pedro se levantó y les dijo: —Hermanos, ustedes saben que hace tiempo Dios me escogió de entre ustedes para anunciar la buena noticia a los no judíos, para que ellos crean.
8. Y Dios, que conoce los corazones, mostró que los aceptaba, pues les dio el Espíritu Santo a ellos lo mismo que a nosotros.#15.8 Hch 10.44-47; cf. Hch 2.4.
9. Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también ha purificado sus corazones por medio de la fe.
10. Ahora pues, ¿por qué desafían ustedes a Dios imponiendo sobre estos creyentes una carga#15.10 Carga: Lit. yugo, símbolo de sumisión, usado por algunos rabinos en relación con la ley mosaica. Nótese el contraste con el «yugo» de Jesús en Mt 11.28-30. Cf. Ro 3.20-24; Gl 2.16; Ef 2.8-9. que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido llevar?#15.10 Mt 23.4; Lc 11.46; Gl 5.1-3.
11. Al contrario, nosotros creemos que somos salvados gratuitamente por la bondad del Señor Jesús, lo mismo que ellos.
12. Todos se callaron y escucharon mientras Bernabé y Pablo hablaban de las señales y milagros que Dios había hecho por medio de ellos entre los no judíos.
13. Cuando terminaron de hablar, Santiago#15.13 Santiago: Hch 12.17 n. dijo: —Hermanos, óiganme:
14. Simón#15.14 Simón: esto es, Pedro (v. 7). El texto griego dice aquí Simeón, que es la forma hebrea del mismo nombre. nos ha contado cómo Dios favoreció por primera vez a los no judíos, escogiendo también de entre ellos un pueblo para sí mismo.
15. Esto está de acuerdo con lo que escribieron los profetas, como dice en la Escritura:
16. “Después de esto volveré y reconstruiré la caída choza de David;#15.16 Reconstruiré... de David: en el sentido de restaurar el reinado de la casa o dinastía de éste. reconstruiré sus ruinas y la volveré a levantar,
17. para que los demás busquen al Señor junto con todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre.
18. El Señor, que dio a conocer estas cosas desde tiempos antiguos, ha dado su palabra.”#15.16-18 Am 9.11-12 (gr.). En el v. 18, la cita de Amós se combina con una alusión a Is 45.21.
19. »Considero, por lo tanto, que no se les debe imponer cargas innecesarias a aquellos que, no siendo judíos, dejan sus antiguas creencias para seguir a Dios.
20. Basta con escribirles que se aparten de todo lo que haya sido contaminado por los ídolos, que eviten los matrimonios prohibidos y que no coman carne de animales estrangulados o ahogados, ni tampoco sangre.#15.20 Lo más probable es que estas cuatro prohibiciones se refieran a cuestiones rituales: comer la carne sacrificada a los ídolos (cf. 1 Co 8.10), los matrimonios prohibidos por la ley (cf. Lv 18.6-18; Nm 25.1; también 2 Co 6.14), comer carne de animales estrangulados o ahogados, que podían contener sangre, y comer la sangre misma (cf. Gn 9.4; Lv 17.10-16). De esta manera se facilitaba la convivencia con los cristianos procedentes del judaísmo, que continuaban practicando sus costumbres tradicionales.
La carta a los no judíos21. Porque desde los tiempos antiguos hay en cada pueblo quienes predican la ley de Moisés, la cual se lee en las sinagogas cada sábado.
22. Los apóstoles y los ancianos, con toda la iglesia,#15.22 Los apóstoles y ancianos se reunieron (v. 6), pero toda la iglesia tomó parte en el acuerdo (cf. v. 12). decidieron escoger algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía junto con Pablo y Bernabé. Nombraron a Judas, que también se llamaba Barsabás,#15.22 Judas Barsabás no aparece fuera de este relato. y a Silas,#15.22 Silas: compañero de Pablo en su segundo viaje misionero (Hch 15.40; 16.19; 17.14, etc.); es, probablemente, el mismo que se menciona en las cartas con el nombre latino Silvano (2 Co 1.19; 1 Ts 1.1; 2 Ts 1.1; 1 P 5.12). hombres de importancia entre los hermanos,
23. y con ellos mandaron la siguiente carta: «Nosotros los apóstoles y los ancianos hermanos de ustedes saludamos a nuestros hermanos que no son judíos y que viven en Antioquía, Siria y Cilicia.#15.23 Había ya iglesias en Siria y Cilicia, provincias que se hallaban alrededor de Antioquía; cf. v. 41.
24. Hemos sabido que algunas personas han ido de aquí sin nuestra autorización, y que los han molestado a ustedes con sus palabras, y los han confundido.
25. Por eso, de común acuerdo, nos ha parecido bien nombrar a algunos de entre nosotros para que vayan a verlos a ustedes junto con nuestros muy queridos hermanos Bernabé y Pablo,
26. quienes han puesto sus vidas en peligro por la causa#15.26 Han puesto sus vidas en peligro por la causa: otra posible traducción: se han dedicado por completo a la causa. de nuestro Señor Jesucristo.
27. Así que les enviamos a Judas y a Silas: ellos hablarán personalmente con ustedes para explicarles todo esto.
28. Pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponer sobre ustedes ninguna carga aparte de estas cosas necesarias:
29. que no coman carne de animales ofrecidos en sacrificio a los ídolos, que no coman sangre ni carne de animales estrangulados y que eviten los matrimonios prohibidos.#15.29 Que no coman... prohibidos: Véase 15.20 n. Si se guardan de estas cosas, actuarán correctamente. Saludos.»
30. Así que ellos, después de despedirse, se dirigieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación le entregaron la carta.
31. Cuando los hermanos la leyeron, se alegraron mucho por el consuelo que les daba.#15.31 Consuelo: o ánimo.
32. Y como Judas y Silas también eran profetas,#15.32 Eran profetas: Véase 1 Co 14.1 n. consolaron#15.32 Consolaron: o exhortaron. y animaron mucho con sus palabras a los hermanos.
33. Al cabo de algún tiempo, los hermanos los despidieron con saludos de paz, para que regresaran#15.33 Para que regresaran: es decir, a Jerusalén. a quienes los habían enviado.#15.33 Algunos mss. incluyen el v. 34: Pero Silas decidió quedarse, quizás añadido para explicar la presencia de Silas nuevamente en Antioquía, según el v. 40.
Pablo se separa de Bernabé35. Pero Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía#15.35 Según Hch 13.1-3, Pablo y Bernabé habían sido enviados por la iglesia de Antioquía (de Siria); ahora salían de nuevo a sus labores misioneras (vv. 39-41). y, junto con otros muchos, siguieron enseñando y anunciando el mensaje de la buena noticia del Señor.
36. Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: —Vamos a visitar otra vez a los hermanos en todas las ciudades donde hemos anunciado el mensaje del Señor, para ver cómo están.
37. Bernabé quería llevar con ellos a Juan, al que también llamaban Marcos;
38. pero a Pablo no le pareció conveniente llevarlo, porque Marcos los había abandonado en Panfilia y no había seguido con ellos en el trabajo.
39. Fue tan serio el desacuerdo, que terminaron separándose: Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó para Chipre,
40. mientras Pablo, por su parte, escogió a Silas y, encomendado por los hermanos al amor del Señor, salió de allí#15.40 Silas, que según los vv. 32-33 había viajado a Jerusalén, se encontraba de nuevo en Antioquía.
41. y pasó por Siria y Cilicia animando a los hermanos en las iglesias.