Éxodo 1 DHH94I
1. Estos son los nombres de los israelitas que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia:
2. Rubén, Simeón, Leví, Judá,
3. Isacar, Zabulón, Benjamín,
4. Dan, Neftalí, Gad y Aser.
5. Los descendientes de Jacob sumaban en total setenta personas.#1.5 Setenta personas: Según la versión griega (LXX) y Hch 7.14, las personas eran setenta y cinco. Acerca de esta diferencia, véase Gn 46.27 n. José ya estaba en Egipto.
6. José y sus hermanos, y todos los de esa generación, murieron;#1.6 Cf. Gn 50.26.
7. pero como los israelitas#1.7 Nótese el diferente significado de la palabra israelita, aquí y en el v. 1: allí se refiere a los hijos de Jacob; aquí designa a todos los que pertenecen al pueblo de Israel. Esta ampliación del significado indica que ya no se está relatando, como en el Génesis, la historia de una sola familia, sino la de todo un pueblo, de acuerdo con la promesa de Gn 46.3-4. Véase Ex 12.38 n. tenían muchos hijos, se multiplicaron de tal manera que llegaron a ser muy poderosos.#1.7 Cf. Gn 1.28. La multiplicación de los israelitas realiza la promesa de una numerosa descendencia hecha a Abraham (Gn 12.2; 13.15-16; 15.5; 17.5-6), Isaac (Gn 26.4,24) y Jacob (Gn 28.3,13-14; 35.11). Con el relato de Éxodo comienza a cumplirse la promesa relativa a la posesión de la tierra de Canaán (Gn 15.7). El país estaba lleno de ellos.#1.7 Cf. Gn 47.27.
8. Más tarde hubo un nuevo rey en Egipto, que no había conocido a José,#1.8 Que no había conocido a José: es decir, que ignoraba o no quería reconocer los servicios que José había prestado a Egipto. El texto no da el nombre de este nuevo rey, porque lo que le interesa destacar no es el detalle histórico concreto, sino el rasgo típico: a lo largo de todo el relato, el faraón será presentado como la personificación de un poder despótico que se opone a los planes de Dios y entabla una lucha violenta contra su pueblo. Véase la última parte de la Introducción al libro de Éxodo. y que le dijo a su pueblo:
9. «Miren, el pueblo israelita es más numeroso y más poderoso que nosotros;
10. así que debemos tramar algo para impedir que sigan aumentando, porque puede ser que, en caso de guerra, se pongan de parte de nuestros enemigos para pelear contra nosotros y se vayan de este país.»#1.10 La presencia de una población extranjera en la frontera oriental de Egipto se ve como una amenaza para la seguridad del país. De ahí la decisión de tomar medidas contra los israelitas, primero imponiéndoles trabajos forzados (v. 11) y luego ordenando el exterminio de todos los varones recién nacidos (vv. 16,22).
11. Por eso los egipcios pusieron capataces encargados de someter a los israelitas a trabajos muy duros.#1.11 Los reclutamientos para realizar trabajos forzados eran usuales en Egipto y se imponían principalmente a prisioneros, esclavos e inmigrantes o refugiados. Les hicieron construir las ciudades de Pitón y Ramsés,#1.11 Pitón es la adaptación al hebreo del nombre egipcio Per-Atum, «casa (es decir, templo) del dios Atum». Ramsés es la abreviación de Per-Ramsés, «casa de Ramsés». Ambas ciudades se encontraban en la parte oriental del delta del Nilo. que el faraón,#1.11 El término faraón -en egipcio per-aa, «casa grande»- designaba originariamente el palacio real, pero luego se le aplicó a la persona misma del rey, como título de honor. rey de Egipto, usaba para almacenar provisiones.#1.11 Para almacenar provisiones: Cf. 1 R 9.19; 2 Cr 16.4; 32.28.
12. Pero mientras más los maltrataban, más aumentaban.#1.12 El relato se complace en mostrar cómo las medidas que toma el faraón producen lo contrario de lo que él espera: primero, la opresión no logra disminuir el número de los israelitas sino que lo aumenta; luego, las parteras hacen fracasar la orden de matar a los varones recién nacidos (v. 17); por último, la orden de arrojarlos al Nilo (v. 22) culmina con la salvación de Moisés, el futuro libertador de Israel (Ex 2.1-10). Así que los egipcios les tenían mucho miedo.
13. Los egipcios esclavizaron cruelmente a los israelitas.
14. Les amargaron la vida sometiéndolos al rudo trabajo de preparar lodo y hacer adobes, y de atender a todos los trabajos del campo. En todo esto los israelitas eran tratados con crueldad.#1.13-14 Esteban, en su discurso de Hch 7.14-38, recuerda la esclavitud de los israelitas en Egipto y su liberación bajo la guía de Moisés.
15. Además, el rey de Egipto habló con Sifrá y Puá, que eran parteras de las hebreas,#1.15 Hebreas: Véase Gn 14.13 nota. y les dijo:
16. —Cuando atiendan a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo#1.16 Fíjense en el sexo: Lit. fíjense en las dos piedras, probablemente forma indirecta de designar los órganos genitales. del recién nacido. Si es niña, déjenla vivir, pero si es niño, ¡mátenlo!
17. Sin embargo, las parteras tuvieron temor de Dios#1.17 Temor de Dios significa aquí desobediencia a la orden del faraón, que pretende hacer reinar la muerte allí donde Dios quiere la vida (cf. Mt 22.32). y no hicieron lo que el rey de Egipto les había ordenado, sino que dejaron vivir a los niños.
18. Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les dijo: —¿Por qué han dejado vivir a los niños?
19. —Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias —contestaron ellas—. Al contrario, son muy robustas y dan a luz antes de que nosotras lleguemos a atenderlas.
20 . De esta manera el pueblo israelita seguía creciendo en número, y cada vez se hacía más poderoso. Además, como las parteras tuvieron temor de Dios, él las favoreció y les concedió una familia numerosa.
22. El faraón, por su parte, ordenó a todo su pueblo: «Echen al río a todos los niños hebreos que nazcan,#1.22 Cf. Hch 7.19. pero a las niñas déjenlas vivir.»