Éxodo 14 DHH94I
1. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2. «Di a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-sefón.#14.2 Pi-hahirot, Migdol y Baal-sefón: No se ha podido determinar la ubicación exacta de estos lugares, como tampoco la de Sucot y Etam (Ex 12.37; 13.20), sobre todo después que la construcción del Canal de Suez modificó la topografía de toda aquella región. Esto hace imposible localizar con precisión la ruta del éxodo y la mayor parte de los lugares mencionados en los caps. siguientes. Que pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al mar.
3. Así el faraón pensará: “Los israelitas no saben a dónde ir. Andan perdidos en el desierto.”#14.3 Andan perdidos en el desierto: Otra posible traducción: El desierto les cierra el paso.
4. Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y los persiga; entonces mostraré mi poder en él y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el Señor.» Los israelitas lo hicieron así.
5. Mientras tanto, el rey de Egipto recibió aviso de que los israelitas se habían escapado. Entonces el rey y sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a ellos, y se dijeron: «¿Pero cómo pudimos permitir que los israelitas se fueran y dejaran de trabajar para nosotros?»
6. En seguida el faraón ordenó que prepararan su carro de combate, y se llevó a su ejército.
7. Tomó seiscientos de los mejores carros, además de todos los carros de Egipto, que llevaban cada uno un oficial.
8. El Señor hizo que el faraón se pusiera terco#14.8 Terco: Véase Ex 7.3 n. y persiguiera a los israelitas, aun cuando ellos habían salido ya con gran poder.#14.8 Con gran poder: Lit. con la mano en alto, como quien emprende con firmeza el camino de la libertad. Cf. Nm 33.3.
9. Los egipcios con todo su ejército, con carros y caballería, salieron a perseguir a los israelitas, y los alcanzaron a la orilla del mar, junto a Pi-hahirot y frente a Baal-sefón, donde estaban acampados.
10. Cuando los israelitas se dieron cuenta de que el faraón y los egipcios se acercaban, tuvieron mucho miedo y pidieron ayuda al Señor.
11. Y a Moisés le dijeron: —¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para hacernos morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto?
12. Esto es precisamente lo que te decíamos en Egipto: “Déjanos trabajar para los egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el desierto!”#14.11-12 Las protestas de los israelitas son un tema característico de las tradiciones acerca de la marcha por el desierto. Cf. Ex 15.24; 17.2-3; 32.1; Nm 11.1-6; 14.1-4; 16.12-14; 20.2-5; 21.4-5.
13. Pero Moisés les contestó: —No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para salvarlos,#14.13 Cf. Jos 1.9; 10.8; 2 Cr 32.7; Is 7.4. porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy ven.
14. Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes.
15. Entonces el Señor le dijo a Moisés: —¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante!
16. Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco.
17. Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería.
18. Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
19. En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos.
20. Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.#14.20 El texto hebreo de este v. no es completamente claro, y las versiones antiguas lo traducen de diferentes maneras.
21. Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca,
22. y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.#14.21-22 Cf. Sal 77.16-20(17-21); Sab 10.18-19; 1 Co 10.1-2; Heb 11.29. Existen varias teorías relativas al sitio exacto por donde los israelitas cruzaron el Mar Rojo. Entre los lugares propuestos, se han señalado puntos tan distantes entre sí como la región de los islotes bajos del lago Sirbonis (actualmente lago Bardowil), en la costa sur del Mediterráneo, y algún lugar del Mar Rojo propiamente dicho, al sur de la actual ciudad de Suez. A la luz de los datos bíblicos, lo más que puede asegurarse es que el paso ocurrió en algún punto entre el Golfo de Suez y el Mediterráneo.
23. Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar;
24. pero a la madrugada#14.24 A la madrugada: Lit. en la vigilia de la mañana, es decir, en la última de las tres partes en que se dividía la noche, entre las dos y las seis horas. el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos;
25. descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: —Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros.
26. Pero el Señor le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.
27. Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él.
28. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo.
29. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
30. En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar.
31. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.#14.30-31 El milagro del mar ha dejado una huella indeleble en la memoria de Israel y ha alimentado su fe a lo largo de toda su historia (cf. Dt 6.21-23; 26.8; Jos 24.6-7; 1 S 12.6). El libro de Isaías habla de la liberación de los cautivos en Babilonia como de un nuevo éxodo (Is 43.16-21).