Éxodo 24 DHH94I
1. El Señor le dijo a Moisés: —Sube con Aarón, Nadab y Abihú, y con setenta de los ancianos de Israel,#24.1 Nadab y Abihú eran hijos de Aarón (Ex 6.23); los ancianos representaban a todo el pueblo. Véase Ex 3.16 nota. al lugar donde yo estoy; pero quédense a cierta distancia, y arrodíllense allí.
2. Sólo tú podrás acercarte a mí; los demás no deberán acercarse, ni la gente subirá contigo.
3. Moisés fue y le contó al pueblo todo lo que el Señor había dicho y ordenado, y todos a una voz contestaron: —¡Haremos todo lo que el Señor ha ordenado!#24.3 El compromiso de fidelidad al Señor, por parte del pueblo, es esencial para la celebración de la alianza (Ex 19.8; Dt 5.27). En este v., el pueblo responde al anuncio hecho por Moisés de viva voz; en el v. 7, a la lectura del libro de la alianza.
4. Entonces Moisés escribió todo lo que el Señor había dicho, y al día siguiente, muy temprano, se levantó y construyó un altar al pie del monte, y colocó doce piedras sagradas, una por cada tribu de Israel.#24.4 En el rito de celebración de la alianza, el altar representa al Señor. Las piedras son, simbólicamente, testigos y recuerdo o memorial del pacto allí celebrado. Cf. Gn 31.44-53; Jos 4.7; 24.27.
5. Luego mandó a unos jóvenes israelitas que mataran toros y los ofrecieran al Señor como holocaustos y sacrificios de reconciliación.
6. Moisés tomó la mitad de la sangre y la echó en unos tazones, y la otra mitad la roció sobre el altar.
7. Después tomó el libro de la alianza y se lo leyó al pueblo, y ellos dijeron: —Pondremos toda nuestra atención en hacer lo que el Señor ha ordenado.
8. Entonces Moisés tomó la sangre y, rociándola sobre la gente, dijo: —Esta es la sangre que confirma la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, sobre la base de todas estas palabras.#24.8 Cf. Mt 26.28; Mc 14.24; Lc 22.20; 1 Co 11.25; Heb 9.19-20; 10.29. La sangre rociada por partes iguales sobre el altar y sobre el pueblo (Ex 24.6,8) establece un vínculo indisoluble y una comunidad de vida entre el Señor y su pueblo. De este modo, la alianza queda solemnemente establecida.
9. Moisés subió al monte con Aarón, Nadab, Abihú y setenta ancianos de Israel.
10. Allí vieron al Dios de Israel: bajo sus pies había algo brillante como un piso de zafiro y claro como el mismo cielo.
Moisés en el monte Sinaí11. Dios no les hizo daño#24.11 Dios no les hizo daño: Lit. Dios no extendió su mano. a estos hombres notables de Israel, los cuales vieron a Dios,#24.10-11 El hecho de ver al Dios de Israel sin padecer ningún daño es algo completamente inusual en el AT porque ningún ser humano puede ver a Dios y seguir viviendo (véase Ex 3.6 nota). y comieron y bebieron.#24.11 El pacto de Isaac con Abimélec (Gn 26.26-31) y el de Jacob con Labán (Gn 31.54) es ratificado igualmente con una comida en común.
12. El Señor le dijo a Moisés: —Sube al monte, donde yo estoy, y espérame allí, pues voy a darte unas tablas de piedra en las que he escrito la ley y los mandamientos para instruir a los israelitas.
13. Moisés se levantó y subió al monte de Dios, junto con su ayudante Josué.
14. A los ancianos les dijo: —Espérennos en este lugar, hasta que regresemos. Aquí se quedan Aarón y Hur con ustedes, y si alguien tiene algún problema, que se lo presente a ellos.
15. Dicho esto, Moisés subió al monte, el cual quedó cubierto por una nube.
16. La gloria del Señor vino a posarse sobre el monte Sinaí, y durante seis días la nube lo cubrió. Al séptimo día el Señor llamó a Moisés desde la nube.
17. La gloria del Señor se presentó a los ojos de los israelitas como un fuego devorador, sobre la parte más alta del monte.
18. Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches.#24.18 Cf. Dt 9.9. Cuarenta: Véase Gn 7.12 n. Aquí se interrumpe este relato y continúa en Ex 32.