Éxodo 31 DHHS94
1. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2. «Mira, de la tribu de Judá he escogido a Besalel, hijo de Urí y nieto de Hur,
3. y lo he llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad creativa,
4. para hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce,
5. para tallar y montar piedras preciosas, para tallar madera y para hacer cualquier trabajo artístico.
6. Le he puesto como ayudante a Oholiab, hijo de Ahisamac, que es de la tribu de Dan. Y a todos los sabios les he dado más sabiduría, a fin de que hagan todo lo que te he ordenado:
7. la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la tapa que va sobre el arca, todos los utensilios de la tienda,
8. la mesa con sus utensilios, el candelabro de oro puro con sus utensilios, el altar del incienso,
9. el altar de los holocaustos con sus utensilios, la palangana con su base,
10. la ropa tejida, es decir, la ropa especial del sacerdote Aarón y la ropa de sus hijos para cuando oficien como sacerdotes,
11. el aceite de consagrar y el incienso aromático para el santuario. Ellos deben hacerlo todo tal como te lo he ordenado.»
12. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
13. «Habla tú mismo con los israelitas y diles lo siguiente: “Deben respetar mis sábados, porque esa es la señal entre ustedes y yo a través de los siglos, para que se sepa que yo, el Señor, los he escogido a ustedes.
14. El sábado será sagrado para ustedes, y deberán respetarlo. El que no respete ese día, será condenado a muerte. Además, la persona que trabaje en ese día será eliminada de entre su gente.
15. Se podrá trabajar durante seis días, pero el día séptimo será día de reposo consagrado al Señor. Cualquiera que trabaje en el sábado, será condenado a muerte.”
16. Así que los israelitas han de respetar la práctica de reposar en el sábado como una alianza eterna a través de los siglos.
17. Será una señal permanente entre los israelitas y yo.» Porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días, y el día séptimo dejó de trabajar y descansó.
18. Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios.