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Ezequiel 19 DHH94I

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1. »Y tú, hombre, dedica este canto fúnebre a los reyes de Israel:

2. »“Tu madre#19.2 Tu madre: Cf. Is 50.1; Os 2.2(4). era una leona que vivía entre leones. Hizo su guarida entre ellos, y allí crió a sus cachorros.

3. A uno especialmente lo hizo crecer hasta su pleno desarrollo. Aprendió a desgarrar la presa, y devoraba hombres.

4. Las naciones oyeron hablar de él; lo apresaron en una trampa, y con ganchos lo arrastraron hasta el país de Egipto.#19.3-4 Estos vv. aluden al faraón Necao y a la deportación de Joacaz a Egipto (2 R 23.33-35; Jer 22.10-12).

5. Al ver la leona que su esperanza quedaba frustrada por completo, tomó otro de sus cachorros y lo ayudó a desarrollarse.

6. Hecho ya todo un león, iba y venía entre los leones. Aprendió a desgarrar la presa, y devoraba hombres.

7. Hacía destrozos en los palacios#19.7 Hacía destrozos en los palacios: según versiones antiguas. Heb. y conocía sus viudas. y arruinaba las ciudades; con sus rugidos hacía temblar a todo el mundo.

8. Entonces levantaron contra él a los pueblos de las provincias vecinas; le tendieron sus redes y lo hicieron caer en la trampa.

9. Con ganchos lo encerraron en una jaula y se lo llevaron al rey de Babilonia; allí lo metieron preso, para que nadie volviera a oír sus rugidos en las montañas de Israel.#19.5-9 Acerca del destierro del rey Joaquín a Babilonia, cf. 2 R 24.10-15; cf. también Jer 22.24-30, donde Joaquín recibe el nombre de Jeconías.

10. »”Tu madre parecía una vid#19.10 Por tercera vez el profeta recurre al tema alegórico de la vid (Ez 15; 17.7-9). Aquí esa imagen se refiere al pueblo de Judá, del que surgió la dinastía real de David. Cf. Is 5.1-4; Jer 2.21. plantada junto al agua, fecunda y frondosa gracias a la abundancia de riego.

11. Sus ramas se hicieron tan fuertes que llegaron a ser cetros de reyes, y tanto creció que llegó hasta las nubes. Se destacaba por su altura y por sus ramas frondosas.

12. Pero la arrancaron con furia y la echaron al suelo. El viento del oriente la secó y se le cayeron las uvas; se secaron sus fuertes ramas y las echaron al fuego.

13. Ahora está plantada en el desierto, en tierra seca y sedienta.

14. De sus ramas sale un fuego que devora sus retoños y sus frutos. Ya no le quedan ramas fuertes que lleguen a ser cetros de reyes.”»#19.11-14 Cf. Jer 52.1-11. (Este es un canto fúnebre, y como canto fúnebre será usado.)

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