Ezequiel 5 DHH94I
1. El Señor me dijo: «Ahora, hombre, toma un cuchillo afilado como navaja de afeitar, y rápate la cabeza y la barba.#5.1 Entre los antiguos hebreos, el hecho de raparse los cabellos y la barba era señal de duelo y de gran aflicción (cf. Jer 16.6). Toma luego una balanza, y divide tu pelo en tres partes.
2. Cuando termine el ataque a la ciudad, quema una de las tres partes del pelo en medio de la ciudad; toma después un cuchillo, y corta otra de esas tres partes de pelo alrededor de la ciudad, y la parte restante lánzala al viento. Yo iré detrás de la gente de la ciudad, con una espada en la mano.
3. Toma unos cuantos de aquellos pelos, y átalos en el borde de tu vestido.#5.3 Átalos en el borde de tu vestido: Este gesto simbólico anticipa la idea del remanente o «resto», tema que aparecerá repetidamente en los caps. siguientes. Cf. Ez 6.8-10; 12.16; 14.22-23; cf. 11.13.
4. Toma luego unos pocos de ellos, y échalos al fuego para que se quemen. De allí saldrá fuego contra todo el pueblo de Israel.
5. »Yo, el Señor, lo digo: Ahí está Jerusalén. Yo fui quien la puso en medio de los pueblos y naciones.
6. Pero ella se rebeló contra mis leyes y mandatos, y ha resultado peor que los pueblos y naciones a su alrededor, pues no obedece mis leyes ni sigue mis mandatos.
7. »Por eso yo, el Señor, lo digo: Ustedes han sido más rebeldes#5.7 Ustedes han sido más rebeldes: sentido probable. Heb. el tumulto de ustedes. que los pueblos que los rodean, y no han seguido mis mandatos; ni siquiera han cumplido las leyes de los pueblos que los rodean.
8. Por eso yo, el Señor, lo digo: Yo también me voy a poner contra ti, Jerusalén; voy a ejecutar la sentencia contra ti a la vista de las naciones,
9. como nunca lo había hecho ni volveré a hacerlo. Tan detestables son todas tus acciones.
10. Dentro de ti habrá padres que se coman a sus hijos,#5.10 Cf. Dt 28.53-57; Jer 19.9; Lm 4.10. e hijos que se coman a sus padres. Ejecutaré la sentencia contra ti, y a los que sobrevivan los dispersaré a los cuatro vientos.
11. Yo, el Señor, lo juro por mi vida: como ustedes han profanado mi santo templo con sus ídolos inmundos y sus acciones detestables, también yo los voy a destrozar sin misericordia; no tendré compasión de ustedes.
12. Una tercera parte de tus habitantes morirá de peste y de hambre dentro de ti, otra tercera parte caerá asesinada por los enemigos en los alrededores, y a la tercera parte restante la dispersaré a los cuatro vientos. Yo iré detrás de ellos con una espada en la mano.#5.12 Este v. explica el gesto simbólico de dividir el pelo en tres partes (cf. v. 1).
13. Entonces descargaré mi furor; haré que mi ira contra ellos quede satisfecha, y me calmaré. Y cuando haya descargado mi ira contra ellos, sabrán que yo, el Señor, fui quien lo dijo en el ardor de mis celos.#5.13 La palabra celos se refiere aquí al amor del Señor, pero incluye al mismo tiempo una nota de enojo e indignación a causa de las infidelidades de su pueblo (cf. Ez 16.42). Véase también Ex 20.5 n.,#5.13 Sabrán que yo, el Señor…: El Señor está a punto de realizar en la historia de Israel actos de juicio y de salvación en los que se pondrá de manifiesto que todos los acontecimientos están en sus manos. En consecuencia, tanto los israelitas (cf. Ez 34.27) como las demás naciones (cf. Ez 39.26-27) tendrán que reconocer que únicamente él es el verdadero Dios. Nótese asimismo que esta expresión, típica de Ezequiel, subraya con frecuencia el carácter universal de este reconocimiento del Señor (cf. Ez 36.23): como el Señor actuará a la vista de todos, también los pueblos vecinos reconocerán que es él quien reconstruye lo destruido y vuelve a sembrar lo arrasado (Ez 36.36).
14. Yo te convertiré en un montón de ruinas, Jerusalén; te humillaré en medio de los pueblos que te rodean, para que lo vean todos los que pasen.
15. Cuando yo ejecute con ira y furor la sentencia contra ti, y te castigue duramente, todos te insultarán y te ofenderán, y servirás de escarmiento terrible para los pueblos que te rodean. Yo, el Señor, lo he dicho.
16. Yo haré que venga el hambre sobre ustedes, como terribles flechas destructoras. Sí, haré que vengan sobre ustedes la destrucción y el hambre y la escasez de alimentos.
17. Sí, haré venir sobre ustedes hambre, enfermedad y muerte, y animales feroces que los dejarán sin hijos; y haré que muchos de ustedes mueran en la guerra.#5.16-17 Cf. Ez 14.21; Ap 6.8. Yo, el Señor, lo he dicho.»