Logo
🔍

Génesis 6 DHH94I

« La maldad de los hombres

1. Cuando los hombres comenzaron a poblar la tierra y tuvieron hijas,

2. los hijos de Dios#6.2 Los hijos de Dios: es decir, los seres divinos o celestiales como los mencionados en Job 1.6; 2.1; 38.7; Sal 29.1; 89.7(8). Con toda probabilidad este pasaje recoge una tradición muy antigua, que los israelitas tenían en común con otros pueblos vecinos, y que se refería a una legendaria raza de gigantes. Según esa tradición, aquellos gigantes habían nacido de la unión antinatural de unos seres sobrenaturales, llamados aquí hijos de Dios, con mujeres humanas. Aunque el relato bíblico contiene muchos aspectos oscuros, su intención, en este contexto, es afirmar una vez más la incontenible expansión del pecado en el mundo y la corrupción creciente del género humano. Véanse 1 P 3.20 nota; Jud 6 n. vieron que estas mujeres eran hermosas. Entonces escogieron entre todas ellas, y se casaron con las que quisieron.

3. Pero el Señor dijo: «No voy a dejar que el hombre viva para siempre,#6.3 No voy a dejar que el hombre viva para siempre: Lit. mi espíritu no permanecerá siempre en el hombre. El espíritu, en este contexto, es el principio vivificante o aliento vital que Dios infunde en los seres vivientes en el momento de darles la vida. Cf. Gn 2.7; Sal 104.29. porque él no es más que carne. Así que vivirá solamente ciento veinte años.»

4. Los gigantes aparecieron en la tierra cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres para tener hijos con ellas, y también después. Ellos fueron los famosos héroes de los tiempos antiguos.

5. El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que este siempre estaba pensando en hacer lo malo,

6. y le pesó haber hecho al hombre. Con mucho dolor

7. dijo: «Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales domésticos, y a los que se arrastran, y a las aves. ¡Me pesa haberlos hecho!»

La barca de Noé

8. Sin embargo, el Señor miraba a Noé con buenos ojos.#6.5-8 Cf. Mt 24.37; Lc 17.26; 1 P 3.20.

9. Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre muy bueno, que siempre obedecía a Dios. Entre los hombres de su tiempo, solo él vivía de acuerdo con la voluntad de Dios.#6.9 Cf. Eclo 44.17; Sab 10.4; 2 P 2.5.

10. Noé tuvo tres hijos, que fueron Sem, Cam y Jafet.

11. Para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia,

12. pues toda la gente se había pervertido. Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra,

13. le dijo a Noé: «He decidido terminar con toda la gente. Por su culpa hay mucha violencia en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero.

14. Construye una barca#6.14 La descripción presentada en el texto bíblico no evoca la imagen de una embarcación corriente, sino la de una construcción cubierta con un techo (cf. Gn 6.16) y preparada para resistir los embates torrenciales del diluvio (cf. Gn 7.18). de madera resinosa, haz cuartos en ella, y tapa con brea todas las rendijas de la barca por dentro y por fuera, para que no le entre agua.

15. Haz la barca de estas medidas: ciento treinta y cinco metros de largo, veintidós metros y medio de ancho, y trece metros y medio de alto.

16. Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo, y con una puerta en uno de los lados.#6.16 La forma y las dimensiones de la embarcación son difíciles de precisar, ya que en la descripción se emplean términos náuticos antiguos, cuyo significado no es del todo claro.

17. Yo voy a mandar un diluvio que inundará la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá.

18. Pero contigo estableceré mi alianza,#6.18 Aquí se anticipa el tema del pacto o alianza, cuya conclusión tendrá lugar al término del diluvio. Véase Gn 9.12-17 n. y en la barca entrarán tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú.

19. También llevarás a la barca un macho y una hembra de todos los animales que hay en el mundo, para que queden con vida igual que tú.

20. Contigo entrarán en la barca dos animales de cada clase: tanto de las aves y animales domésticos, como de los que se arrastran por el suelo, para que puedan seguir viviendo.

21. Junta además toda clase de alimentos y guárdalos, para que tú y los animales tengan qué comer.»

22. Y Noé hizo todo tal como Dios se lo había ordenado.#6.22 Cf. Heb 11.7.

»