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Habacuc 1 DHH94I

1. Este es el mensaje que el Señor reveló al profeta Habacuc.#1.1 Acerca del encabezamiento de los libros proféticos, véase Is 1.1 nota.

2. Señor,#1.2-4 Estos vv., que tienen forma de lamentación, exponen la queja del profeta al ver la tolerancia del Señor con los injustos (cf. Job 19.1-7; 21; Sal 73.1-14; Jer 12.1-4; 14.9; Ap 6.10). Habacuc se resiste a aceptar que el pueblo caldeo (véase Jer 1.14-15 n.), que es el opresor de Israel, sea instrumento de la ira de Dios (cf. Is 10.5). ¿hasta cuándo#1.2 ¿Hasta cuándo...?: Véase Sal 13 n. gritaré pidiendo ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo clamaré a causa de la violencia sin que vengas a librarnos?

3. ¿Por qué me haces ver tanta angustia y maldad? Estoy rodeado de violencia y destrucción; por todas partes hay pleitos y luchas.#1.3 Cf. Jer 6.7; 9.2-6.

4. No se aplica la ley, se pisotea el derecho, el malo persigue al bueno y se tuerce la justicia.

5. «Miren ustedes a las naciones que los rodean; mírenlas y llénense de espanto. Estoy a punto de hacer cosas tales que ustedes no las creerían, si alguien se las contara.#1.5 Citado en Hch 13.41 según el texto griego (LXX), que difiere un poco del hebreo.

6. Voy a poner en pie de guerra a los caldeos,#1.6 El imperio caldeo o neobabilónico era, para los israelitas, símbolo de violencia y destrucción. Cf. 2 R 24.2; Jer 6.22-23; 10.22. que son gente cruel, que siempre están dispuestos a recorrer el mundo de lado a lado para adueñarse de tierras que no les pertenecen.#1.6 Para adueñarse de tierras que no les pertenecen: El profeta denuncia las desmesuradas ansias de dominio y de expansión territorial como el pecado capital de los caldeos. Cf. Hab 1.9,15; 2.5.

7. Son espantosos y terribles, y no reconocen más ley que la suya.

8. Sus caballos son más veloces que los leopardos, más salvajes que los lobos del desierto.#1.8 Lobos del desierto: según la versión griega; heb. lobos de la noche. Sus jinetes galopan en gran número y se lanzan al ataque desde lejos, como el águila se lanza sobre su presa.

9. Todo lo destruyen a su paso; en su avance van sembrando el terror, y son más los prisioneros que hacen que las arenas que hay en el mar.

10. Se burlan de los reyes y de la gente importante. Se ríen de las fortalezas, pues levantan rampas#1.10 Levantan rampas: 2 S 20.15. ante ellas y las toman por asalto.

11. Pasan como un huracán; no reconocen más dios que su propia fuerza.»#1.11 No reconocen... fuerza: según un ms. antiguo; heb. oscuro. Cf. v. 7; Is 10.13.

12. Señor, ¿acaso no existes tú eternamente, mi Dios santo e inmortal?#1.12 Inmortal: sentido probable; heb. no moriremos. Señor y protector mío,#1.12 Protector mío: Lit. mi roca. Véase Sal 18.2(3) n. tú has dado fuerza a los caldeos para que ellos ejecuten tu justicia.

13. Tú eres demasiado puro para consentir el mal, para contemplar con agrado la iniquidad; ¿cómo, pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio#1.13 Contemplas callado... guardas silencio: Una vez más, el profeta hace oír su queja porque le resulta incomprensible el modo de actuar del Señor en el mundo y la historia. Véase Hab 1.2-4 n. mientras el malvado destruye a los que son mejores que él?#1.13 Sal 5.4-6(5-7).

14. ¿Por qué tratas a los hombres como a peces del mar, como a animales sin gobierno?

15. Los caldeos se apoderan de otras naciones como el pescador se apodera del pescado: lo atrapa con anzuelos y con redes, y luego, al verlo todo junto, se llena de alegría.

16. Por eso el pescador adora sus redes y anzuelos, y ofrece sacrificios y quema incienso en su honor, pues gracias a ellos tiene comida buena y abundante.

17. Así, ¿seguirán los caldeos pescándonos con sus redes? ¿Seguirán matando sin compasión a la gente?

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