Isaías 39 DHHS94
1. Por aquel tiempo el rey Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, oyó decir que Ezequías había estado enfermo pero que ya había recobrado la salud, y por medio de unos mensajeros le envió cartas y un regalo.
2. Ezequías se alegró de su llegada y les mostró su tesoro, la plata y el oro, los perfumes, el aceite fino y su depósito de armas, y todo lo que se encontraba en sus depósitos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que no les mostrara.
3. Entonces fue el profeta Isaías a ver al rey Ezequías, y le preguntó: —¿De dónde vinieron esos hombres, y qué te dijeron? Ezequías respondió: —Vinieron de un país lejano; vinieron de Babilonia.
4. Isaías le preguntó: —¿Y qué vieron en tu palacio? Ezequías contestó: —Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara.
5. Isaías dijo entonces a Ezequías: —Escucha este mensaje del Señor todopoderoso:
6. “Van a venir días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará aquí nada.
7. Aun a algunos de tus propios descendientes se los llevarán a Babilonia, los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.”
8. Ezequías, pensando que al menos durante su vida habría paz y seguridad, respondió a Isaías: —El mensaje que me has traído de parte del Señor es favorable.