Isaías 42 DHH94I
1. »Aquí está mi siervo,#42.1 Mi siervo: En el AT reciben el título de siervo las personas que cumplen una tarea importante en el servicio del Señor, como Moisés, Josué, David y los profetas. Cf. Jos 1.1-2; 24.29; Sal 89.20(21); Jer 25.4. En Is 40—55 ese título se aplica con frecuencia al pueblo de Israel. Cf. Is 41.8; 44.2,21; 45.4; 48.20. Cf. también Ro 1.1; Flp 1.1. a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito.#42.1 Cf. Mt 3.17; 17.5; Mc 1.11; Lc 3.22; 9.35. He puesto en él mi espíritu#42.1 He puesto en él mi espíritu: El espíritu del Señor, en el AT, es un don concedido especialmente a los que deben llevar a cabo una tarea arriesgada o difícil, como los caudillos o jueces (Jue 3.10), los reyes (1 S 16.13) y los profetas (Nm 11.24-30). Cf. Ex 31.3-5; Is 11.2; 61.1. para que traiga la justicia a todas las naciones.
2. No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles,#42.2 A diferencia de los profetas anteriores al exilio, que debieron alzar la voz para anunciar el juicio divino sobre Israel, el Siervo del Señor anuncia su mensaje con una dulzura y suavidad no desprovistas de firmeza (cf. v. 4).
3. no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente.#42.3 La caña y la mecha son dos imágenes poéticas que en otros pasajes del AT se refieren a un pueblo que se ha quedado sin fuerzas. Cf. 1 R 14.15; 2 R 18.21; Is 43.17; Ez 29.6. Verdaderamente traerá la justicia.
4. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.»#42.1-4 Cf. Mt 12.18-21.
5. Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió,#42.5 Y lo extendió: Cf. Sal 104.2; véanse también Is 48.13 nota; Jer 10.12 n. que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan,#42.5 Cf. Sal 104.5; Hch 17.24-25. dice a su siervo:
6. «Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo,#42.6 Señal de mi alianza con el pueblo: Lit. alianza del pueblo. El sentido exacto de esta expresión es dudoso, por lo que ha sido interpretada de distintas maneras. Según algunos, el Siervo está llamado a ser una alianza, es decir, un lazo de unión entre los miembros del pueblo de Dios; según otros intérpretes, su misión consiste en restablecer la relación entre el Señor e Israel y en hacer que el pueblo tome conciencia de las obligaciones que resultan de esa relación. Cf. Is 49.6. luz de las naciones.#42.6 Cf. Lc 2.32; Hch 13.47.
7. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.#42.7 Cf. Is 61.1.
8. Yo soy el Señor, ese es mi nombre, y no permitiré que den mi gloria a ningún otro#42.8 Cf. Is 48.11. ni que honren a los ídolos en vez de a mí.
Himno de alabanza por la acción salvadora de Dios9. Miren cómo se cumplió todo lo que antes anuncié, y ahora voy a anunciar cosas nuevas; se las hago saber a ustedes antes que aparezcan.»#42.9 Acerca del anuncio de cosas que se cumplirán en el futuro, véase Is 41.22 n.
10. Canten al Señor un canto nuevo;#42.10 La expresión canto nuevo aparece con frecuencia en el libros de los Salmos (véase Sal 33.3 n.). Nótese la correspondencia entre este canto nuevo y las cosas nuevas que el Señor está a punto de realizar (Is 42.9). desde lo más lejano de la tierra alábenle quienes navegan por el mar y los animales que viven en él, los países del mar y sus habitantes.#42.10 Cf. Sal 96.1; 149.1.
11. Que se alegren el desierto y sus ciudades y los campamentos de la tribu de Quedar.#42.11 Quedar: Véase Sal 120.5 nota. Que canten de gozo los habitantes de Selá; que alcen la voz desde las cumbres de los montes.
12. Que den gloria al Señor y proclamen su alabanza en los países del mar.
13. El Señor saldrá como un héroe y luchará con ardor como un guerrero;#42.13 Cf. Ex 15.3. alzará la voz, dará el grito de batalla y derrotará a sus enemigos.
14. El Señor dice: «Por mucho tiempo me quedé callado, guardé silencio y me contuve;#42.14 En los Salmos de súplica, los salmistas suelen interrogar al Señor acerca del porqué de su silencio (cf. Sal 22.1-2[2-3]; 28.1). El profeta emplea aquí la misma metáfora, pero en sentido contrario: el Señor sale de su silencio y entra en acción para liberar a su pueblo de la esclavitud. Véase Sal 78.65 n. pero ahora voy a gritar como mujer de parto, gimiendo y suspirando.#42.14 Los dolores de parto representan simbólicamente el nacimiento de un nuevo orden de cosas (cf. Is 43.19; Ro 8.22).
15. Voy a destruir montañas y colinas, y a dejar seca toda su vegetación; voy a convertir los ríos en desiertos#42.15 Desiertos: traducción probable. Heb. países del mar. y a dejar secas las lagunas.
16. Llevaré a los ciegos por caminos y senderos que no conocían. Convertiré la oscuridad en luz delante de ellos, y en terreno llano los lugares quebrados. Estas cosas las haré sin falta.
Ceguera de Israel17. Los que confían en un ídolo, los que a unas estatuas dicen: “Ustedes son nuestros dioses”, se alejarán avergonzados.#42.17 Cf. Is 45.16,20.
18. »Sordos, escuchen; ciegos, fíjense y vean.#42.18 Los vv. 18-25 son una respuesta a la queja de los israelitas en el exilio. Según Is 40.27, ellos se lamentaban de que el Señor no se daba cuenta del triste destino que les había tocado. Ahora el Señor les responde que los verdaderos ciegos y sordos son ellos, que ven y oyen, pero no comprenden lo que el Señor les está diciendo a través de los acontecimientos.
19. Nadie hay tan ciego ni tan sordo como mi siervo, mi enviado, nadie tan ciego ni tan sordo como mi mensajero, el siervo del Señor.
20. Ha visto muchas cosas, pero no se fija en ellas; puede oír, pero no escucha nada.
21. El Señor, por ser un Dios que salva, quiso hacer grande y gloriosa su enseñanza;
22. pero a este pueblo lo roban y saquean, a todos los han hecho caer presos, los han encerrado en calabozos; se apoderan de ellos, y no hay quien los libre; los secuestran, y no hay quien los rescate.»#42.22 Cf. 2 R 24.1—25.21.
23. ¿Pero quién de ustedes hace caso de esto? ¿Quién está dispuesto a escuchar lo que va a suceder?
24. ¿Quién permitió que Israel, el pueblo de Jacob, fuera conquistado y secuestrado? ¿No es verdad que fue el Señor? Ellos pecaron contra él, no quisieron seguir por el camino que él les había señalado, ni obedecieron su enseñanza.
25. Por eso se enojó con ellos y los castigó con una guerra violenta que los hizo arder en llamas; mas ni aun así quisieron entender.