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Isaías 6 DHH94I

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1. El año en que murió el rey Ozías,#6.1 El año: alrededor del 740 a.C. Cf. 2 R 15.7; 2 Cr 26.23. vi al Señor sentado en un trono#6.1 El arca de la alianza, en el Lugar Santísimo del templo, era el trono visible del Dios invisible (Ex 25.21-22; Sal 99.1). muy alto; el borde de su manto llenaba el templo.

2. Unos seres como de fuego#6.2 Seres como de fuego: Lit. serafines, palabra hebrea que significa «los ardientes». Solo aquí menciona la Biblia a estos seres celestiales. estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo#6.2 La parte inferior del cuerpo: Lit. los pies. Es una manera discreta de referirse a los órganos genitales. y con las otras dos volaban.

3. Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso;#6.3 Santo, santo, santo: La triple repetición tiene la fuerza de un superlativo. Conocida como el «trishagion», esta aclamación ha pasado a formar parte del culto cristiano. Cf. Ap 4.8. toda la tierra está llena de su gloria.»

4. Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo.#6.4 Cf. Ap 15.8.

5. Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.»

6. En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar,

7. y tocándome con ella la boca, me dijo: «Mira, esta brasa ha tocado tus labios. Tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido perdonadas.»

8. Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?»#6.8 Nuestro mensajero: El que ha sido llamado tiene que cumplir una misión de parte de Dios (cf. Ex 3.10; Jer 1.7; Ez 2.4), y el destinatario de esa misión siempre es el pueblo (cf. v. 9). El plural nuestro parece indicar que el Señor incluye también a los miembros de su corte en el cielo (cf. 1 R 22.19; véase Sal 82.1[1b] nota). Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.»

9. Y él me dijo: «Anda y dile a este pueblo lo siguiente: “Por más que escuchen, no entenderán; por más que miren, no comprenderán.”

10. Entorpece la mente#6.10 La mente: Lit. el corazón. Véase Sal 12.2(3) n. de este pueblo; tápales los oídos y cúbreles los ojos para que no puedan ver ni oír, ni puedan entender, para que no se vuelvan a mí y yo no los sane.»#6.10 Entorpece... y yo no los sane: Isaías fue enviado a proclamar la palabra de Dios a un pueblo que no estaba dispuesto a escucharla. Aunque trató de hacerles ver y comprender, ellos, empezando por el rey Ahaz (cf. Is 7.12), siguieron sus propios criterios, y no los del Señor. De ahí el resultado paradójico de su predicación: la palabra de Dios anunciada por el profeta, al no ser escuchada ni obedecida, dejó a sus oyentes más ciegos y endurecidos de lo que habían estado antes de oírla. El NT cita con frecuencia estos vv. (Mt 13.14-15; Mc 4.12; Lc 8.10; Jn 12.40; Hch 28.26-27). Cf. Ez 12.2.

11. Yo le pregunté: «¿Cuánto tiempo durará esto, Señor?» Y él me contestó: «Hasta que las ciudades queden destruidas y sin ningún habitante; hasta que las casas queden sin gente, y los campos desiertos,

12. y el Señor haga salir desterrada a la gente, y el país quede completamente vacío.

13. Y si aún queda una décima parte del pueblo, también será destruida, como cuando se corta un roble o una encina y solo queda el tronco.» (Pero de ese tronco saldrá un retoño sagrado.)#6.13 Como cuando se corta... sagrado: texto probable; heb. oscuro. Algunos intérpretes ven aquí una alusión a la idea del «resto» o remanente de Israel (véase Is 4.2-6 n.).

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