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Santiago 2 DHH94I

« Advertencia contra la discriminación

1. Ustedes, hermanos míos, que creen en nuestro glorioso Señor#2.1 Nuestro glorioso Señor: Véase 1 Co 2.8 n. Jesucristo, no deben hacer discriminaciones entre una persona y otra.

2 3. Supongamos que ustedes están reunidos, y llega un rico#2.2-3 Los ricos mencionados en 2.2-3,6; 5.1 son, probablemente, paganos (cf. 2.7). con anillos de oro y ropa lujosa, y lo atienden bien y le dicen: «Siéntate aquí, en un buen lugar», y al mismo tiempo llega un pobre vestido con ropa vieja, y a este le dicen: «Tú quédate allá de pie, o siéntate en el suelo»;#2.2-3 En términos muy enérgicos, estos vv. condenan la discriminación en favor de los ricos y en contra de los pobres, ya que esta actitud es contraria a la ley del evangelio. Véase Stg 1.9-10 n.

4. entonces están haciendo discriminaciones y juzgando con mala intención.

5. Queridos hermanos míos, oigan esto: Dios ha escogido a los que en este mundo son pobres, para que sean ricos en fe y para que reciban como herencia el reino que él ha prometido a los que lo aman;#2.5 Dios ha escogido a los... pobres: Cf. Lc 6.20, y también Is 66.2.

6. ustedes, en cambio, los humillan. ¿Acaso no son los ricos quienes los explotan a ustedes, y quienes a rastras los llevan ante las autoridades?#2.6 Respecto a los que explotan a los pobres, véanse las referencias en 5.1-6 n.

7. ¿No son ellos quienes hablan mal del precioso nombre que fue invocado sobre ustedes?#2.7 Hablan mal: o deshonran. El nombre es el de Jesucristo, que fue invocado sobre los cristianos en el momento del bautismo (cf. Hch 2.38; 10.48). Los ricos que hablan mal del precioso nombre son paganos.

8. Ustedes hacen bien si de veras cumplen la ley suprema, tal como dice la Escritura: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»#2.8 Lv 19.18. Cf. el uso de la misma cita hecho por Jesús (Mt 22.39-40) y por Pablo (Ro 13.9-10).

9. Pero si hacen discriminaciones entre una persona y otra, cometen pecado y son culpables ante la ley de Dios.#2.9 Cf. Dt 1.17.

10. Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley.#2.10 Cf. Mt 5.19.

11. Pues el mismo Dios que dijo: «No cometas adulterio», dijo también: «No mates.»#2.11 Ex 20.13-14; Dt 5.17-18; cf. Mt 5.21-22. Así que, si uno no comete adulterio, pero mata, ya ha violado la ley.

12. Ustedes deben hablar y portarse como quienes van a ser juzgados por la ley que nos trae libertad.#2.12 La ley que nos trae libertad: Véase Stg 1.25 n.

La fe se muestra con los hechos

13. Pues los que no han tenido compasión de otros, sin compasión serán también juzgados,#2.13 Cf. Eclo 28.1-5; Mt 6.14-15; 18.23-35. pero los que han tenido compasión saldrán victoriosos en la hora del juicio.#2.13 Pero los que han tenido... hora del juicio: Lit. pero la compasión triunfa sobre el juicio. Cf. Mt 5.7; 7.2.

14. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si sus hechos no lo demuestran? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?#2.14 Aquí se refiere a una fe que consiste en la mera aceptación intelectual, teórica, de las verdades religiosas, sin llegar a ser obediencia práctica a Dios. A esta fe sólo teórica Santiago contrapone no unos hechos sin fe, sino una fe viva, que se muestra con los hechos. Cf. Mt 7.21; Gl 5.6; 1.22, y véase Stg 1.3 n.

15. Supongamos que a un hermano o a una hermana les falta la ropa y la comida necesarias para el día;

16. si uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman todo lo que quieran», pero no les da lo que su cuerpo necesita, ¿de qué les sirve?

17. Así pasa con la fe: por sí sola, es decir, si no se demuestra con hechos, es una cosa muerta.#2.15-17 Cf. 1 Jn 3.17.

18. Uno podrá decir: «Tú tienes fe, y yo tengo hechos. Muéstrame tu fe sin hechos; yo, en cambio, te mostraré mi fe con mis hechos.»

19. Tú crees que hay un solo Dios, y en esto haces bien; pero los demonios también lo creen, y tiemblan de miedo.

20. No seas tonto, y reconoce que si la fe que uno tiene no va acompañada de hechos, es una fe inútil.

21. Dios aceptó como justo a Abraham, nuestro antepasado, por lo que él hizo cuando ofreció en sacrificio a su hijo Isaac.

22. Y puedes ver que, en el caso de Abraham, su fe se demostró con hechos, y que por sus hechos llegó a ser perfecta su fe.

23. Así se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios, y por eso Dios lo aceptó como justo.»#2.23 Gn 15.6. El autor refleja la enseñanza tradicional judía en torno a la fidelidad, o fe (la palabra griega es la misma) de Abraham (Gn 22; cf. 1 Mac 2.52). Cf. también Heb 11.8-11,17-19. Y Abraham fue llamado amigo de Dios.#2.23 Amigo de Dios: Cf. 2 Cr 20.7; Is 41.8; Dn (dc) 3.35.

24. Ya ven ustedes, pues, que Dios declara justo al hombre también por sus hechos, y no solamente por su fe.

25. Lo mismo pasó con Rahab, la prostituta; Dios la aceptó como justa por sus hechos, porque dio alojamiento a los mensajeros y los ayudó a salir por otro camino.#2.25 Jos 2.1-21; 6.17; cf. Heb 11.31, que también reconoce la acción de Rahab como prueba de su fe.

26. En resumen: así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe está muerta si no va acompañada de hechos.#2.26 Cf. Stg 2.17,20.

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