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Santiago 4 DHHS94

« La amistad con el mundo

1. ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior.

2. Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios;

3. y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres.

4. ¡Oh gente infiel! ¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios.

5. Por algo dice la Escritura: «Dios ama celosamente el espíritu que ha puesto dentro de nosotros.»

6. Pero Dios nos ayuda más con su bondad, pues la Escritura dice: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con bondad a los humildes.»

7. Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y este huirá de ustedes.

8. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que quieren amar a Dios y al mundo a la vez!

9. ¡Aflíjanse, lloren y laméntense! ¡Que su risa se cambie en lágrimas y su alegría en tristeza!

10. Humíllense delante del Señor, y él los enaltecerá.

11. Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla.

No hacer planes con orgullo

12. Solamente hay uno que ha dado la ley y al mismo tiempo es Juez, y es aquel que puede salvar o condenar; tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

13. Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero»,

14. ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece.

15. Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»

16. En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo.

17. El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.

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