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Jeremías 10 DHH94I

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1. Escucha, pueblo de Israel, este mensaje que el Señor te dirige.

2. El Señor dice: «No sigan el ejemplo de otras naciones#10.2 El ejemplo (lit. el camino) de otras naciones: es decir, las creencias y prácticas religiosas de los pueblos paganos. ni se dejen asustar por las señales del cielo,#10.2 Las señales del cielo: alusión a ciertos fenómenos celestiales poco comunes, como los cometas y eclipses de sol o de luna, que infundían temor porque los interpretaban como presagios o anuncios de alguna catástrofe inminente. Véase Jer 8.2 nota. como esas naciones lo hacen.

3. La religión de esos pueblos no vale nada. Cortan un tronco en el bosque, un escultor lo labra con su cincel,

4. luego lo adornan con plata y oro, y lo aseguran con clavos y martillo para que no se caiga.

5. Los ídolos parecen espantapájaros en un campo sembrado de melones; no pueden hablar, y hay que cargar con ellos, porque no caminan.#10.5 Cf. Is 46.1-7. No tengan miedo de ellos, que a nadie hacen mal ni bien.»#10.5 Cf. Sal 115.4-8; 135.15-18; Is 41.23-24,29.

6. Señor, no hay nadie como tú: tú eres grande, tu nombre es grande y poderoso.#10.6 Tu nombre es grande y poderoso: Véase Sal 8.1(2) nota.

7. ¿Quién no te teme, rey de las naciones?#10.7 Rey de las naciones: Cf. Sal 22.28(29); 47.2(3),7(8); Zac 14.9,16-17; Mal 1.14, y también Ap 15.4. Al profeta no le basta con decir que los dioses de los pueblos paganos son falsos e impotentes. También afirma que el Señor es el único soberano del universo, y que él dispone el curso de los acontecimientos para dar cumplimiento a sus designios. Tú mereces ser temido. Entre todos los sabios y reyes del mundo, no hay nadie como tú.

8. Todos ellos son necios, no tienen ninguna inteligencia. ¡Nada puede enseñarles un pedazo de madera!#10.8 ¡Nada... madera!: traducción probable. Heb. oscuro.

9. Sus ídolos son tan solo plata traída de Tarsis#10.9 Tarsis: Véase Sal 48.7(8) n. y oro traído de Ufaz;#10.9 Ufaz, lugar aún no identificado con precisión. objetos hechos por escultores y orfebres y vestidos con telas moradas y rojas, todos ellos fabricados por hábiles artistas.

10. El Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra; las naciones no pueden resistir su ira.

11. (Ustedes, israelitas, digan a los paganos: «Los dioses que no hicieron el cielo ni la tierra desaparecerán de la tierra; ni uno de ellos quedará debajo del cielo.»)#10.11 Este v. del libro de Jeremías no está escrito en hebreo sino en arameo. Algunos piensan que se trata de una nota marginal incorporada más tarde.

12. El Señor, con su poder, hizo la tierra; con su sabiduría afirmó el mundo; con su inteligencia extendió el cielo.#10.12 Extendió el cielo: Esta expresión refleja la concepción del mundo que se tenía en la antigüedad, según la cual el cielo era una inmensa bóveda extendida sobre la tierra. Véase Gn 1.6-8 n.; cf. Sal 104.2.

13. Con voz de trueno hace rugir el agua en el cielo,#10.13 El agua en el cielo: Véase Gn 1.2 nota. hace subir las nubes desde el extremo de la tierra, hace brillar los relámpagos en medio de la lluvia y saca el viento de donde lo tiene guardado.

14. Necio e ignorante es todo hombre. Los ídolos defraudan al que los fabrica: son imágenes engañosas y sin vida;

15. son objetos sin valor, ridículos, que el Señor, en el juicio, destruirá.

16. ¡Qué diferente es el Dios de Jacob, creador de todo lo que existe! Él escogió a Israel como su propiedad.#10.16 Como su propiedad: Véase Ex 19.5 nota. El Señor todopoderoso: ese es su nombre.

17. —Y tú, nación en estado de sitio,#10.17 En estado de sitio: Esta expresión se refiere, posiblemente, al asedio que precedió a la caída de Jerusalén en el año 586 a.C. Cf. 2 R 25.1. recoge tus cosas.

18. Porque el Señor dice: “Esta vez voy a lanzar lejos a los habitantes de este país. Voy a ponerlos en aprietos, a ver si así me encuentran.”#10.18 Me encuentran: texto probable. Heb. oscuro.

19. —¡Ay de mí, que estoy en ruinas! ¡Mis heridas no tienen curación! ¡Y yo que pensé que podría soportar este dolor!

20. Mi campamento está destruido, todas las cuerdas están rotas. Mis hijos me han abandonado, ¡ya no existen! Ya no hay quien vuelva a plantar mis tiendas, quien vuelva a extender sus lonas.#10.19-20 Cf. Is 49.19-23; Jer 4.20.

21. —Los jefes#10.21 Jefes: Lit. pastores. Véase Jer 2.8 nota; cf. también Jer 23.1-4; Ez 34.1-10. de este pueblo son necios; no buscan al Señor. Por eso han fracasado y todo su rebaño está disperso.

22. ¡Atención! ¡Llega una noticia! De un país del norte#10.22 País del norte: Véase Jer 1.14-15 n. viene un gran estruendo que va a convertir las ciudades de Judá en un desierto donde solo vivan los chacales.

23. Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su vida, que no tiene dominio sobre su destino.#10.23 Cf. Pr 20.24; Mt 6.27.

24. Corrígenos conforme a tu justicia, y no con ira, pues nos destruirías.#10.24 Sal 6.1(2); 38.1(2).

25. Descarga tu ira sobre las naciones que no te reconocen, sobre los pueblos que no te invocan, porque han devorado al pueblo de Jacob, lo han destruido por completo y han dejado en ruinas el país.#10.25 Este v. alude a la destrucción de Jerusalén por el ejército de Nabucodonosor. Véanse Sal 74 nota; 79 nota.

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