Jeremías 15 DHH94I
1. El Señor me dijo: «Aunque Moisés y Samuel#15.1 En repetidas oportunidades Moisés se vio obligado a interceder en favor de Israel para obtener del Señor el perdón de los pecados y rebeldías del pueblo (Ex 32.11; 34.9; Nm 11.2; 21.7; Dt 9.20). El papel de intercesor lo desempeñó también Samuel (1 S 7.5-10; 12.19,23; Eclo 46.16), y al menos en dos ocasiones se le pide a Jeremías que haga valer su intercesión delante de Dios (Jer 37.3; 42.2,20). se presentaran aquí, delante de mí, yo no tendría compasión de este pueblo. Diles que salgan de mi presencia, que se vayan.#15.1 Siguiendo el ejemplo de Moisés, de Samuel y de otros profetas (cf. Am 7.2,5), Jeremías intercedió delante del Señor en favor de Israel, e incluso de sus propios enemigos (Jer 15.11; 18.20). Pero tres veces recibió del Señor la orden de no orar por el pueblo, porque ya era demasiado tarde para evitar el castigo (véase Jer 7.16 n.; cf. también 11.14; 14.11).
2. Y si te preguntan a dónde han de ir, diles esto de mi parte: »“Los destinados a morir de peste, a morir de peste; los destinados a morir en la guerra, a morir en la guerra; los destinados a morir de hambre, a morir de hambre; los destinados al destierro, al destierro.”#15.2 Jer 14.12; 43.11; Ap 13.10.
3. »Yo, el Señor, afirmo: Voy a enviarles cuatro diferentes castigos: los matarán en la guerra, los arrastrarán los perros, se los comerán las aves de rapiña y los devorarán las fieras.
4. Haré que todas las naciones de la tierra sientan horror de lo que voy a hacer con ellos, por causa de lo que el rey de Judá, Manasés, hijo de Ezequías, ha hecho en Jerusalén.#15.4 Acerca del reinado de Manasés, cf. 2 R 21.1-18.
5. »¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?#15.5 Este poema (vv. 5-9) alude probablemente a la catástrofe del año 597 a.C. (cf. 2 R 24.8-17). Su estilo se asemeja al de Lamentaciones, que se refieren a la destrucción de Jerusalén acaecida unos diez años después (cf. 2 R 25.1-21). Véase la Introducción al libro de Lamentaciones. ¿Quién va a sentir lástima de ti? ¿Quién se va a preocupar de tu salud?
6. Tú me abandonaste, me diste la espalda. Yo, el Señor, lo afirmo. Por eso yo, cansado de tener paciencia, levanté mi mano para castigarte, y te destruí.
7. Dispersé a tu gente como a paja, sacándola de las ciudades del país; dejé sin hijos a mi pueblo, lo destruí porque no quiso dejar su mala vida.
8. Dejé entre ellos más viudas que granos de arena tiene el mar. En pleno mediodía hice caer la muerte sobre las madres con hijos jóvenes; de repente hice caer sobre ellas la angustia y el terror.
9. Madres con muchos hijos#15.9 Madres con muchos hijos: Lit. madres con siete hijos. El número siete es la cifra de la perfección y la plenitud (véase Gn 4.23-24 n.). Por tanto, el hecho de tener siete hijos era considerado en el antiguo Israel como una señal muy especial del favor divino. se desmayan, quedan sin aliento; avergonzadas y humilladas, la luz del día se les vuelve oscuridad. Si algunos quedan con vida, haré que sus enemigos los maten. Yo, el Señor, doy mi palabra.»
10. ¡Ay de mí, madre mía, que me diste a luz#15.10 ¡Ay de mí, madre mía, que me diste a luz...!: Esta expresión de honda desesperanza es superada únicamente por la amarga lamentación de Jer 20.14-18. solo para disputar y pelear con todo el mundo!#15.10 Para disputar y pelear con todo el mundo: El libro de Jeremías relata ampliamente la serie de conflictos que debió afrontar el profeta a causa de su fidelidad a Dios. Sus principales antagonistas fueron los reyes (cf. Jer 36.20-26), los funcionarios del reino (cf. Jer 38.4), los sacerdotes (cf. Jer 26.7-9) y, sobre todo, los falsos profetas (cf. Jer 28). A nadie he prestado dinero, ni me lo han prestado a mí, y sin embargo todos me maldicen.
Dios anuncia el castigo a Israel11. Que sus maldiciones se cumplan,#15.11 Que sus maldiciones se cumplan: según la versión griega (LXX). Heb. dijo. Señor, si no te he servido bien, si no te he rogado en favor de mis enemigos,#15.11 Si no te he rogado en favor de mis enemigos: Véase Jer 15.1 nota. cuando estaban en desgracia y aflicción.
12. «¿Quién puede romper el hierro del norte#15.12 Hierro del norte: El hierro, y en general la industria de los metales, procedía de Asia Menor y del norte de Palestina (véase 1 S 13.19 n.). Aquí el hierro y el bronce representan a Babilonia, el enemigo que viene del norte (véase Jer 1.14-15 n.). y el bronce?
13. A causa de todos tus pecados, Israel, voy a entregar a tus enemigos tu riqueza y tus tesoros, todo lo que tienes en tu territorio, para que se lo lleven gratuitamente.
El profeta invoca al Señor14. Voy a hacerte esclavo de tus enemigos en una tierra que tú no conoces, porque mi ira se ha encendido como un fuego que te consumirá.»#15.13-14 Estos vv. se vuelven a encontrar, con algunas variantes, en Jer 17.3-4.
15. Señor, tú que lo sabes todo,#15.15 Tú que lo sabes todo: Cf. Sal 139. ¡acuérdate de mí#15.15 Acuérdate de mí: Véase Gn 8.1 n. y ven en mi ayuda!#15.15 Ven en mi ayuda: lit. visítame: Véase Ex 3.16 nota. ¡Toma venganza de los que me persiguen!#15.15 ¡Toma venganza... persiguen!: Véase Jer 11.20 nota. No seas con ellos tan paciente que me dejes morir a mí; mira que por ti soporto insultos.#15.15 Mira que por ti soporto insultos: Sal 69.7-9(8-10).
16. Cuando me hablabas, yo devoraba tus palabras;#15.16 Yo devoraba tus palabras: Cf. Ez 3.1-3. ellas eran la dicha y la alegría de mi corazón, porque yo te pertenezco, Señor y Dios todopoderoso.
17. Yo he evitado juntarme con los que solo piensan en divertirse; desde que tú te apoderaste de mí he llevado una vida solitaria, pues me llenaste de tu ira.#15.17 Cf. Jer 16.1-17.
Respuesta del Señor18. ¿Por qué mi dolor nunca termina? ¿Por qué mi herida es incurable, rebelde a toda curación?#15.18 Cf. Jer 30.12,15. Te has vuelto para mí como el agua engañosa de un espejismo.#15.18 Como... espejismo: Cf. Job 6.15-20.
19. Entonces el Señor me respondió: «Si regresas a mí, volveré a recibirte y podrás servirme.#15.19 Si regresas a mí... podrás servirme: Esta frase es como una renovación del llamado que recibió Jeremías al comienzo de su actividad profética. El Señor lo invita a superar el desaliento en que había caído a causa del aparente fracaso de su misión: si de veras logra convertirse, recibirá de él la protección necesaria para reanudar con nuevo entusiasmo la tarea comenzada. Si evitas el hablar por hablar y dices solo cosas que valgan la pena, tú serás quien hable de mi parte. Son ellos quienes deben volverse a ti, y no tú quien debe volverse a ellos.
20. Yo haré que seas para este pueblo como un muro de bronce, difícil de vencer. Te harán la guerra, pero no te vencerán, pues yo estoy contigo para salvarte y librarte. Yo, el Señor, doy mi palabra.
21. Te libraré del poder de los malvados, ¡te salvaré del poder de los violentos!»