Jeremías 23 DHH94I
1. El Señor afirma: «¡Ay de los pastores que dejan que mis ovejas se pierdan y dispersen!»
2. El Señor, el Dios de Israel, dice a los pastores que gobiernan a su pueblo: «Ustedes han dispersado mis ovejas, las han hecho huir y no las han cuidado. Pues bien, yo tendré buen cuidado de castigar sus malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.
3. Y yo mismo traeré el resto de mis ovejas de los países adonde las hice huir, las reuniré y las haré volver a sus pastos, para que tengan muchas crías.
4. Les pondré pastores que las cuiden, para que no tengan nada que temer ni falte ninguna de ellas. Yo, el Señor, lo afirmo.»
5. El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré que David tenga un descendiente#23.5 Descendiente: Lit. germen o retoño. Cf. Is 11.1; Zac 3.8; 6.12. legítimo, un rey que reine con sabiduría y que actúe con justicia y rectitud en el país.
6. Durante su reinado, Judá estará a salvo, y también Israel vivirá seguro. Este es el nombre con que lo llamarán: “El Señor es nuestra victoria.”»#23.6 El Señor es nuestra victoria: En este nombre simbólico se resumen todos los bienes prometidos para los tiempos mesiánicos. La palabra hebrea traducida por victoria incluye las ideas de rectitud y justicia, salvación y liberación. Cf. Is 9.7(6); Miq 5.4(3).,#23.5-6 Jer 33.14-16; Ez 34.23.
7. El Señor afirma: «Vendrán días en que ya no jurarán diciendo: “Por la vida del Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”,
8. sino que jurarán diciendo: “Por la vida del Señor, que sacó a los descendientes de Israel, del país del norte y de todos los demás países por donde los había dispersado.” Y vivirán en su propia tierra.»
9. Mensaje acerca de los profetas: Estoy profundamente perturbado; todo el cuerpo me tiembla, parezco un borracho, un hombre dominado por el vino, por causa del Señor y de sus palabras santas.
10. El país está lleno de adúlteros,#23.10 La palabra adúlteros podría entenderse en sentido propio o en sentido figurado, es decir, como referencia a las prácticas de la religión cananea (véase Jer 2.20 nota). Es probable que aquí estén implicados los dos sentidos. Cf. Mt 12.39; Mc 8.38. Véase Adulterio en el Índice temático. de gente que corre a hacer el mal, que usa su poder para cometer injusticias. Por eso el Señor maldijo la tierra, y la tierra se secó, y los pastos del desierto se quemaron.
11. El Señor afirma: «Hasta los profetas y los sacerdotes son impíos; en mi propio templo los he encontrado haciendo el mal.#23.11 Cf. Ez 8.
12. Por eso su camino será oscuro y resbaladizo: yo haré que los empujen y caigan. Cuando ajuste cuentas con ellos, traeré sobre ellos la desgracia. Yo, el Señor, lo afirmo.
13. »Yo he visto a los profetas de Samaria#23.13 Los profetas de Samaria: es decir, los que actuaron en la capital del reino del norte (véanse 1 R 12.1 nota; 16.16 n.) antes que ésta fuera destruida por los asirios en el año 721 a.C. (2 R 17.3-6). hacer cosas que me ofenden: han profetizado en nombre de Baal y han hecho que mi pueblo Israel se extravíe.
14. Yo he visto a los profetas de Jerusalén hacer cosas horribles:#23.14 La presencia de profetas que extraviaban al pueblo con sus enseñanzas imponía la necesidad de elaborar criterios para distinguir al verdadero profeta del falso. Algunos de estos criterios pueden extraerse de los vv. 14-32, donde se describe el comportamiento característico de los falsos profetas: algunos de ellos llegan al extremo de profetizar en nombre de Baal (v. 13); pero incluso los que pretenden hablar en nombre del Señor, están moralmente corrompidos e incitan a cometer el mal (vv. 14-15); prometen paz y prosperidad, en vez de llamar a la conversión, despertando de ese modo falsas expectativas (v. 17); no han estado en el concilio secreto del Señor (véase 23.18 n.), y por eso no anuncian la palabra divina sino lo que ellos mismos inventan (vv. 16,25-27); además, se roban unos a otros los mensajes que proclaman (v. 30). A estos criterios negativos pueden añadirse los positivos que se indican en Jer 28.8-9 (cf. Dt 13.1-5[2-6]; 18.20-22). cometen adulterios y fraudes, animan de tal modo a los malvados que nadie se aparta de su maldad.#23.13-14 La comparación de los profetas de Samaria con los de Jerusalén es semejante a la que se establece entre Israel y Judá en Jer 3.6-11. Ellos y los habitantes de la ciudad son para mí como Sodoma y Gomorra.#23.14 Sodoma y Gomorra son la expresión típica de los que atraen sobre sí el juicio de Dios a causa de sus malas acciones. Cf. Gn 18.20; Is 1.10; Ez 16.46-50.
15. Por eso yo, el Señor todopoderoso, digo esto contra los profetas: Voy a darles de comer algo muy amargo; voy a darles de beber agua envenenada,#23.15 Jer 9.15(14). porque de los profetas de Jerusalén se ha extendido la maldad a todo el país.»
16. El Señor todopoderoso dice: «Israelitas, no hagan caso a lo que les dicen los profetas. Lo que dicen no son más que mentiras, cosas que ellos mismos inventan,#23.16 Cosas que ellos mismos inventan: La misión del profeta es anunciar la palabra de Dios. Por lo tanto, la fuente de su inspiración no está en él mismo, sino en la revelación que recibe del Señor. Cf. Jer 1.9-10; 15.16; Ez 3.1-4. que yo no les he comunicado.
Exclamación de Jeremías17. A los que desprecian mi palabra les dicen: “Todo les saldrá bien.” Y a los que siguen tercamente las inclinaciones de su corazón, les dicen: “No les vendrá ningún mal.”»
18. Pero ¿quién asistió al concilio secreto del Señor?,#23.18 ¿Quién asistió al concilio secreto del Señor?: La palabra concilio evoca aquí la idea de una reunión confidencial, destinada a tomar una decisión de común acuerdo. El verdadero profeta tiene acceso a la intimidad del Señor y, por eso, puede comunicar su palabra (cf. Am 3.7). ¿quién ha visto o escuchado su palabra?, ¿quién le ha prestado atención?
19. La ira del Señor es como una tormenta, como un viento huracanado que se agita sobre los malvados.
Mensaje del Señor contra los falsos profetas20. La ira del Señor no cesará hasta que él haya realizado sus propósitos. Vendrá el tiempo en que ustedes pensarán y entenderán estas cosas.#23.19-20 Estos vv. se repiten con alguna variante en Jer 30.23-24.
21. «Yo no envié a esos profetas, y ni siquiera les hablé, pero ellos salieron corriendo a hablar en mi nombre.
22. Si hubieran conocido mis secretos, habrían anunciado mi palabra a mi pueblo; lo habrían hecho apartarse de su mal camino y dejar sus malas acciones.»
23. El Señor afirma: «Lejos o cerca, yo soy Dios.#23.23 Lejos o cerca, yo soy Dios: El Señor no es un dios local, limitado a una pequeña región, sino que está presente y actúa siempre y en todas partes (cf. Is 40.28; 41.4).
24. ¿Quién podrá esconderse de mi vista? Con mi presencia lleno el cielo y la tierra. Yo, el Señor, lo afirmo.
25. »He oído las mentiras de esos profetas que pretenden hablar en mi nombre y comunicarse en sueños conmigo.#23.25 Los sueños pueden ser un medio a través del cual Dios revela su palabra (cf. Gn 20.3; 1 R 3.5), pero en este caso son producto de la imaginación. Véase Dt 13.1(2) nota.
26. ¿Hasta cuándo esos profetas van a seguir anunciando cosas falsas, inventos de su propia fantasía?
27. Con los sueños que se cuentan unos a otros, pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mí, como también sus antepasados me olvidaron y se fueron tras Baal.
28 . ¡Si un profeta tiene un sueño, que diga que es un sueño, pero si recibe mi palabra, que la anuncie fielmente! No se puede comparar la paja con el trigo. Mi palabra es como el fuego,#23.28-29 Mi palabra es como el fuego: Cf. Jer 20.9; Heb 12.29. como un martillo que hace pedazos la roca. Yo, el Señor, lo afirmo.
30. »Por eso me declaro contra esos profetas que se roban unos a otros mis palabras. Yo, el Señor, lo afirmo.
31. Me declaro contra esos profetas que hacen pasar como mensaje mío cosas que ellos inventan.
32. Me declaro contra esos profetas que cuentan sueños mentirosos; que con sus mentiras y habladurías hacen que mi pueblo se extravíe. Yo no los he enviado ni les he dado orden alguna, así que son incapaces de ayudar al pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.
33. »Jeremías, si alguna persona del pueblo o un profeta o un sacerdote te pregunta: “¿Cuál es el encargo del Señor?” diles: “El Señor afirma que su carga son ustedes, y que la va a dejar caer.”
34. Y si un profeta o un sacerdote o una persona del pueblo usa la frase “encargo del Señor”, yo le castigaré, a él y a su familia.
35. Cuando alguien le pregunte a un amigo o familiar suyo, podrá decir: “¿Qué respuesta ha dado el Señor? ¿Qué ha dicho?”
36. Pero no vuelvan a usar la frase “encargo del Señor”, porque si alguien la usa, haré que sus palabras se le vuelvan una carga. Ustedes han pervertido el sentido de las palabras del Dios viviente, de su Dios, el Señor todopoderoso.
37. »Jeremías, pregunta a los profetas: “¿Qué respuesta ha dado el Señor? ¿Qué ha dicho?”
38. Y si dicen “encargo del Señor”, respóndeles: “El Señor dice: Puesto que ustedes siguen usando la frase que les prohibí que usaran,
39. yo los levantaré como una carga,#23.39 Yo los levantaré como una carga: según versiones antiguas. Heb. yo los echaré al olvido. a ustedes y a la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados, y los dejaré caer lejos de mí.
40. Y para siempre traeré sobre ustedes humillación y vergüenza tales que no podrán olvidarlas.”»