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Jeremías 47 DHH94I

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1. Este es el mensaje que el Señor dirigió al profeta Jeremías acerca de los filisteos,#47.1 Los filisteos: Véase Jos 13.3 nota. antes que el faraón atacara Gaza:#47.1 Gaza era una de las cinco ciudades que formaban la así llamada «Pentápolis filistea». Véase Jos 11.22 nota.

2. «Yo, el Señor, digo: Del norte#47.2 Del norte: Véase Jer 1.14-15 n. llega una inundación, como de un río desbordado; inunda el país y todo lo que hay en él, las ciudades y los que en ellas viven. Todos los habitantes del país gritan, la gente lanza ayes de dolor.

3. Al oír el galope de los caballos, el estruendo de los carros y el ruido de las ruedas, les faltan fuerzas a los padres y abandonan a sus hijos.

4. Porque llegó el día de aniquilar a los filisteos, de quitarles a Tiro y Sidón#47.4 Tiro y Sidón eran dos ciudades fenicias (cf. Gn 10.19; Jos 11.8; 1 R 5.1[15]). Aquí se mencionan probablemente porque habían hecho una alianza con los filisteos. Véase Índice de mapas. la ayuda que aún les queda.» Sí, el Señor va a destruir a los filisteos, que emigraron de la isla de Creta.#47.4 La isla de Creta: heb. Caftor. Este término incluía también a otras islas del Mar Egeo, de donde procedían no solamente los filisteos sino también otros pueblos afines a ellos, que los textos egipcios llaman «pueblos del mar». Cf. Dt 2.23; Am 9.7. Véase Índice de mapas.

5. La gente de Gaza se rapa la cabeza,#47.5 Raparse la cabeza era expresión de dolor y señal de duelo. Cf. Jer 41.5; 48.37; Miq 1.16. la gente de Ascalón#47.5 Ascalón: otra de las cinco ciudades filisteas, junto con Gaza, Asdod, Gat y Ecrón. Véanse Jos 11.22 nota e Índice de mapas. se queda muda. Último resto de los antiguos gigantes,#47.5 Los antiguos gigantes: según la versión griega (LXX). Heb. del valle de ellos. Cf. Jos 11.22, y véanse Nm 13.33 n.; Dt 2.10-11 n. Último resto... gigantes: Otra posible traducción: último resto de su fuerza, es decir, de su capacidad para resistir al ejército invasor. ¿hasta cuándo te harás cortaduras en la carne en señal de dolor?#47.5 Cf. Jer 41.5.

6. ¡Ay, espada del Señor! ¿Cuándo te vas a detener? ¡Vuelve a entrar en tu vaina, cálmate, quédate quieta!

7. ¿Pero cómo podría quedarse quieta si el Señor le ha dado órdenes, si le ha dado el encargo de atacar a Ascalón y toda la costa?

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