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Jeremías 8 DHH94I

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1. El Señor afirma: «En aquel tiempo sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes y de los jefes de Judá, de los sacerdotes, de los profetas y de los que vivieron en Jerusalén,

2. y los dejarán tendidos al sol, a la luna y a todas las estrellas#8.2 Todas las estrellas: Lit. todo el ejército del cielo (cf. 2 R 17.16; 21.3,5; Sof 1.5). a las que habían amado, servido, seguido, consultado y adorado.#8.2 A las que habían... consultado y adorado: En el antiguo Oriente estaban muy difundidos el culto a los astros y la práctica de la astrología. Se pensaba que los astros ejercían una misteriosa influencia sobre el destino de los seres humanos, y por eso se estudiaba el movimiento de las constelaciones con la esperanza de poder predecir el futuro. Este v. desautoriza, con tono de ironía, todas esas creencias y prácticas supersticiosas: los astros siguen su curso imperturbable sobre los cadáveres de sus fieles adoradores, sin prestarles ninguna atención y ninguna ayuda. Véase Gn 1.14-18 n. Nadie los recogerá para enterrarlos. Quedarán en el suelo, como estiércol.

Traición y castigo de Israel

3. Los que queden con vida de esta gente tan mala, en cualquier lugar en que se encuentren después que yo los disperse, preferirán la muerte a la vida. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.

4. »Tú, Jeremías, comunícale al pueblo este mensaje de mi parte: »“Cuando uno se cae, se levanta; cuando pierde el camino, vuelve a él.

5. Entonces, Israel, ¿por qué me traicionaste? ¿Por qué, Jerusalén, renegaste de mí para siempre? ¿Por qué te empeñas en ser rebelde y no quieres volver?

6. He estado escuchando con atención, pero no he oído a nadie que se arrepienta de su maldad y tenga la franqueza de decir: ¿Qué es lo que he hecho? Todos siguen veloces su camino, como caballos desbocados en la batalla.

7. Aun la cigüeña en el cielo sabe cuándo debe volver. La tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben ir a otro lugar. En cambio tú, pueblo mío, no conoces mis leyes.#8.7 Cf. Is 1.3.

8. ¿Cómo pueden ustedes decir que son sabios y que tienen la ley del Señor? ¡Si los cronistas, con pluma mentirosa, la han falsificado!#8.8 Es difícil determinar el sentido exacto de este v. Según parece, los cronistas o escribas aquí mencionados eran los principales responsables de hacer copias de la ley y de instruir al pueblo para que la pusiera en práctica. Pero en lugar de interpretarla y de enseñarla correctamente, desviaban al pueblo del verdadero camino, poniendo el acento en cuestiones de menor importancia y pasando por alto lo esencial. Cf. Mt 23.23-26.

9. Pero esos sabios#8.9 Estos sabios son los cronistas o escribas del v. anterior. quedarán humillados, acobardados, como animales caídos en la trampa. ¿Dónde está su sabiduría, si han rechazado mi palabra?

10. Por eso, voy a entregar sus mujeres a otros hombres, y sus tierras a otros dueños. Porque todos, grandes y pequeños, solo piensan en las ganancias mal habidas; profetas y sacerdotes, todos cometen fraudes.

11. Tratan por encima las heridas de mi pueblo; dicen que todo está bien, cuando todo está tan mal.

12. ¡Debería darles vergüenza de hacer esas cosas que no soporto! Pero no, no sienten vergüenza, ¡ya ni saben lo que es avergonzarse! Por eso, cuando yo los castigue, tropezarán y caerán como los otros. Yo, el Señor, lo digo.”»#8.10-12 Estos vv. son una repetición de Jer 6.12-15.

13. El Señor afirma: «Voy a cortar a mi pueblo como si fuera trigo.#8.13 Voy a cortar... trigo: traducción probable. Heb. oscuro. No quedará ni una uva en el viñedo, ni un higo en la higuera. Solo quedarán hojas marchitas.»#8.13 El Señor... hojas marchitas: según la versión griega (LXX). El texto heb. añade unas palabras oscuras.

14. Y el pueblo dirá: «¿Para qué nos quedamos aquí? ¡Vámonos todos a las ciudades fortificadas, a que nos maten de una vez! El Señor, nuestro Dios, va a hacernos morir; nos da a beber agua envenenada, porque pecamos contra él.

15. Esperábamos prosperidad, pero nada bueno nos ha llegado. Esperábamos salud, pero solo hay espanto.

16. ¡Ya viene el enemigo! ¡Ya se oye desde Dan#8.16 Dan: Véanse Jos 19.40 n.; Jer 4.15 n. el resoplar de sus caballos! Cuando relinchan, tiembla toda la tierra. Vienen a destruir el país y todos sus bienes, las ciudades y a los que en ellas viven.»

Dolor de Jeremías por su pueblo

17. El Señor afirma: «Voy a enviar contra ustedes serpientes venenosas, que los van a morder; contra ellas no hay magia que valga.»

18. Mi dolor no tiene remedio,#8.18 Mi dolor no tiene remedio: texto probable. Heb. oscuro. mi corazón desfallece.

19. Los ayes de mi pueblo se oyen por todo el país: «¿Ya no está el Señor en Sión?#8.19 Sión: Véase Sal 2.6 n. ¿Ya no está allí su rey?» Y el Señor responde: «¿Por qué me ofendieron adorando a los ídolos, a dioses inútiles y extraños?»#8.19 Dioses inútiles y extraños: Cf. Jer 2.10-11.

20. Pasó el verano, se acabó la cosecha y no ha habido salvación para nosotros.

21. Sufro con el sufrimiento de mi pueblo; la tristeza y el terror se han apoderado de mí.

22. ¿No habrá algún remedio en Galaad?#8.22 Algún remedio: Lit. algún bálsamo, es decir, un ungüento aromático con propiedades curativas. Las caravanas que iban de Damasco a Egipto transportando el bálsamo entraban en el territorio de Israel a través de Galaad, al este del Jordán. Véanse Dt 2.36 n. e Índice de mapas. ¿No habrá allí nadie que lo cure? ¿Por qué no puede sanar mi pueblo?

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