Job 8 DHH94I
1 2. ¿Hasta cuándo vas a seguir hablando así, hablando como un viento huracanado?
3. Dios, el Todopoderoso, nunca tuerce la justicia ni el derecho.#8.3 La argumentación de Bildad (cap. 8) es la misma de sus amigos: el sufrimiento de Job es un castigo merecido a causa de algún pecado. Véase 4.1—5.27 n.
4. Seguramente tus hijos pecaron contra Dios, y él les dio el castigo merecido.
5. Busca a Dios, al Todopoderoso, y pídele que tenga compasión de ti.
6. Si tú actúas con pureza y rectitud, él velará por ti, y te dará el hogar que justamente mereces.
7. La riqueza que tenías no será nada comparada con lo que tendrás después.
8. Consulta a las generaciones pasadas, aprende#8.8 Aprende: según una versión antigua. Heb. prepara. Cf. Eclo 8.9. de la experiencia de los antiguos.
9. Nosotros somos apenas de ayer, y nada sabemos; nuestros días en esta tierra pasan como una sombra.#8.9 Cf. Job 14.2; Sal 39.5-6(6-7); 102.11(12); 109.23; Ec 6.12.
10. Pero los antiguos podrán hablarte y enseñarte muchas cosas.#8.10 Enseñarte muchas cosas: Lit. sacar palabras del corazón. El corazón equivale aquí a la memoria.
11. El junco y el papiro#8.11 Papiro: planta parecida al junco, que crece en lugares pantanosos. crecen solo donde abunda el agua;
12. sin embargo, estando aún verdes y sin cortar, se secan antes que otras hierbas.
13. Lo mismo pasa con los malvados, con los que se olvidan de Dios: sus esperanzas quedan frustradas.
14. Su confianza y su seguridad son como el hilo de una telaraña.
15. Querrán agarrarse al hilo, y no resistirá; o apoyarse en la telaraña, y no los soportará.
16. Los malvados son como verdes hierbas al sol, que se extienden por todo el jardín;
17. enredan sus raíces entre las rocas y se adhieren#8.17 Se adhieren: texto probable. Heb. contemplan. a las piedras,
18. pero si alguien las arranca de su sitio nadie podrá saber que estuvieron allí.
19. Así termina su prosperidad, y en su lugar brotan otras hierbas.
20. Dios no abandona al hombre intachable, ni brinda su apoyo a los malvados.
21. Él hará que vuelvas a reír y que grites de alegría;
22. en cambio, tus enemigos se cubrirán de vergüenza y la casa de los malvados será destruida.