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San Juan 13 DHH94I

« Jesús lava los pies de sus discípulos

1. Era antes de la fiesta de la Pascua,#13.1 Pascua: Según Jn, la fiesta de la Pascua se celebra después de la muerte de Jesús. Cf. Jn 18.28; véanse también Jn 19.14 n. y 19.31 nota. y Jesús sabía que había llegado la hora#13.1 Había llegado la hora: Véase Jn 2.4 nota. de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.#13.1 Hasta el fin: es decir, hasta la muerte y hasta el grado máximo.

2 3. El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad;#13.2-4 Jn 3.35; 10.18; cf. también Mt 11.27; 28.18; Lc 10.22. así que, mientras estaban cenando,#13.2-4 Aunque esta cena coincide en varios aspectos con la cena de Pascua narrada en los sinópticos (Mt 26.17-29 y paralelos), en Jn no tiene el carácter de cena de Pascua (véase 13.1 nota). se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura.

5. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos#13.5 Lavar los pies a su señor era oficio reservado a los esclavos no judíos. Cf. 1 S 25.41. y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

6. Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?

7. Jesús le contestó: —Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.

8. Pedro le dijo: —¡Jamás permitiré que me laves los pies! Respondió Jesús: —Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.

9. Simón Pedro le dijo: —¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!#13.9 Sobre esta manera de hablar propia de Jesús, véase Jn 3.3-4 n.

10. Pero Jesús le contestó: —El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies,#13.10 Algunos mss. omiten más que los pies. porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.

11. Dijo: «No están limpios todos», porque sabía quién lo iba a traicionar.

12. Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: —¿Entienden ustedes lo que les he hecho?

13. Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy.

14. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.#13.14 Además del ejemplo de humildad y servicio fraterno (cf. 1 Ti 5.10), puede verse en este gesto una indicación simbólica de la humillación y entrega de Cristo hasta la muerte (cf. Flp 2.6-8).

15. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho.#13.12-15 Mt 20.26-28; Mc 10.43-45; Lc 22.26-27; Flp 2.5-8; 1 P 2.21.

16. Les aseguro que ningún servidor es más que su señor,#13.16 Mt 10.24; Lc 6.40; Jn 15.20. y que ningún enviado es más que el que lo envía.

17. Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos.

18. »No estoy hablando de todos ustedes; yo sé quiénes son los que he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la Escritura: “El que come conmigo, se ha vuelto contra mí.”

19. Les digo esto de antemano para que, cuando suceda, ustedes crean que Yo Soy.#13.19 Yo Soy: Véase Jn 8.24 n.

20. Les aseguro que el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.»#13.20 Mt 10.40; Mc 9.37; Lc 9.48; 10.16; Jn 12.44-45.

21. Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22. Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando.

23. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho,#13.23 El evangelio calla expresamente el nombre de este discípulo; cf. también 19.26; 20.2; 21.7,20. Véase Introducción. estaba junto a él,#13.23 Junto a él: Lit. en su pecho. En las comidas más solemnes, los comensales se recostaban sobre divanes, apoyados sobre un brazo. Estar «en el pecho» de alguien era estar a su lado, de tal manera que permitía a las dos personas conversar. mientras cenaban,

24. y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando.

25. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es?

26. Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es. En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

27. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.

28. Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso.

29. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.

El nuevo mandamiento

30. Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.

31. Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él.#13.31 Gloria: Véase Jn 1.14 nota.

32. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto.

33. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.

34. Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes,#13.34 Jn 15.12,17; cf. 1 Jn 2.8; 3.23; 2 Jn 5. El mandamiento de amar al prójimo ya estaba en la ley (Lv 19.18), pero Jesús le da un nuevo significado al decir como yo los amo a ustedes; cf. Jn 13.1; 15.12. Este amor caracteriza a la comunidad de los creyentes. así deben amarse ustedes los unos a los otros.

35. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.

36. Simón Pedro le preguntó a Jesús: —Señor, ¿a dónde vas? —A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.

37. Pedro le dijo: —Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!

38. Jesús le respondió: —¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces.#13.38 Jn 18.17-18,25-27. Cf. Mt 26.75.

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