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Jonás 3 DHH94I

« Nínive se arrepiente

1. El Señor se dirigió por segunda vez a Jonás, y le dijo:

2. «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que te voy a decir.»#3.1-2 Cf. Jon 1.1-2.

3 4. Jonás se puso en marcha y fue a Nínive, como el Señor se lo había ordenado. Nínive era una ciudad tan grande que para recorrerla toda había que caminar tres días.#3.4 Cuarenta días: Véanse Gn 7.12 n.; Jue 3.11 n; y cf. Ex 24.18. Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, diciendo a grandes voces: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»#3.3-4 ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!: Éste es el único anuncio que contiene el libro de Jonás, a diferencia de los otros escritos proféticos, que pronuncian advertencias, acusaciones, reprensiones y condenaciones.

5. Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeños, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor.#3.5 Sobre esta actitud de los ninivitas, cf. Mt 12.41; Lc 11.32.

6. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, también él se levantó de su trono, se quitó sus vestiduras reales, se puso ropas ásperas y se sentó en el suelo.#3.5-6 La repentina conversión de todos los ninivitas contrasta con la actitud de Israel, que muchas veces se había obstinado en su rebeldía a pesar de los insistentes llamados de los profetas. Cf. Is 1.2-3; Jer 36.20-26; Ez 3.4-7.

7. Luego, el rey y sus ministros dieron a conocer por toda la ciudad el siguiente decreto: «Que nadie tome ningún alimento. Que tampoco se dé de comer ni de beber al ganado y a los rebaños.

8. Al contrario, vístanse todos con ropas ásperas en señal de dolor, y clamen a Dios con todas sus fuerzas. Deje cada uno su mala conducta y la violencia que ha estado cometiendo hasta ahora;#3.7-8 La conversión incluye el ayuno, la penitencia, la oración a Dios y el cambio de conducta. Cf. Jer 25.5; 26.3; 36.7.

9. tal vez Dios cambie de parecer y se calme su ira, y así no moriremos.»

10. Dios vio lo que hacía la gente de Nínive y cómo dejaba su mala conducta, y decidió no hacerles el daño que les había anunciado.#3.10 Nótese la relación de este v. con la enseñanza contenida en Jer 18.7-8; 26.3: si Dios advierte una señal de arrepentimiento en la ciudad sobre la que pesa una amenaza de castigo, le concede generosamente su perdón (cf. también Ex 32.14; 2 S 24.16; Am 7.3,6).

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