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San Lucas 4 DHH94I

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1. Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto.#4.1 Véase Mt 4.1 n.

2. Allí estuvo cuarenta días,#4.2 Cuarenta días: Véase Mt 4.2 n. y el diablo lo puso a prueba.#4.2 Cf. Heb 2.18; 4.15. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre.

3. El diablo entonces le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan.

4. Jesús le contestó: —La Escritura dice: “No solo de pan vivirá el hombre.”

5. Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo,

6. le dijo: —Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo daré al que quiera dárselo.

7. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.

8. Jesús le contestó: —La Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.”

9. Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo#4.9 El templo de Jerusalén (véase Índice temático) era el centro del culto de los judíos. y le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí;

10. porque la Escritura dice: “Dios mandará que sus ángeles te cuiden y te protejan.

11. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”

12. Jesús le contestó: —También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”

13. Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo.#4.13 Cf. Heb 4.15. Por algún tiempo: otra posible traducción: hasta el tiempo oportuno. Satanás vuelve a aparecer en el relato de Lc 22.3.

14. Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y se hablaba de él por toda la tierra de alrededor.

15. Enseñaba en la sinagoga de cada lugar, y todos le alababan.

16. Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras.#4.15-16 Sinagoga: casa de reunión y culto público de los judíos; véase Índice temático. En el culto del sábado, el que presidía podía invitar a cualquier varón adulto, judío, a leer en voz alta un pasaje de las Escrituras y explicarlo.

17. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:#4.17 Al comienzo de su labor pública, Jesús hace suyas las palabras del profeta Isaías para declarar que su mensaje y su ministerio están dirigidos a los pobres y oprimidos y a todos los necesitados. Véase 2.8 n.

18. «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;

19. a anunciar el año favorable del Señor.»#4.18-19 Is 61.1-2 (gr.); la última frase del v. 18 es de Is 58.6. Los pasajes citados forman parte de los poemas referentes al siervo del Señor (cf. también Is 42.7; 49.9).

20. Luego Jesús cerró el libro,#4.20 Cerró:: Lit. enrolló; los libros tenían la forma de rollos y eran de cuero (pergamino). lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó.#4.20 Se sentó: La lectura de las Escrituras en la sinagoga se hacía de pie (v. 16), pero el expositor se sentaba para impartir la exhortación o enseñanza. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él.

21. Él comenzó a hablar, diciendo: —Hoy mismo#4.21 Este hoy se refiere al tiempo de salvación mesiánica que Jesús trae a los hombres. Cf. Heb 3.7—4.13. se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír.#4.21 Tanto en Lc como en Hch se destaca el cumplimiento de las Escrituras en la misión de Jesús. Véase Lc 24.44 nota.

22. Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban: —¿No es este el hijo de José?#4.22 Cf. Jn 6.42.

23. Jesús les respondió: —Seguramente ustedes me dirán este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo.” Y además me dirán: “Lo que oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu propia tierra.”

24. Y siguió diciendo: —Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.#4.24 Expresión proverbial (Mt 13.57; Mc 6.4; Jn 4.44).

25. Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país;

26. pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón.#4.25-26 1 R 17.1,8-16; Stg 5.17.

27. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.

28. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho.#4.28 Se enojaron porque Jesús insinuaba (vv. 25-27) que la bondad de Dios no es solamente para el pueblo de Israel sino también para los de otras naciones.

29. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí.

30. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.

31. Jesús fue a Cafarnaúm, un pueblo de Galilea,#4.31 Jesús fue de Nazaret a Cafarnaúm, importante centro comercial a orillas del lago de Galilea. y los sábados#4.31 Sábado: véase Índice temático. enseñaba a la gente.

32. Y la gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque hablaba con plena autoridad.#4.32 Cf. Mt 7.28-29.

33. En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio o espíritu impuro,#4.33 Espíritu impuro: Véase Mc 1.23 n. el cual gritó con fuerza:

34. —¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.#4.34 El Santo de Dios: Véase Mc 1.24 nota.

35. Jesús reprendió a aquel demonio, diciéndole: —¡Cállate y deja a este hombre! Entonces el demonio arrojó al hombre al suelo delante de todos, y salió de él sin hacerle ningún daño.

36. Todos se asustaron, y se decían unos a otros: —¿Qué palabras son estas? Con toda autoridad y poder este hombre ordena a los espíritus impuros que salgan, ¡y ellos salen!

37. Y se hablaba de Jesús por todos los lugares de la región.

38. Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón.#4.38 Es decir, la casa de Simón Pedro, en Cafarnaúm. La suegra de Simón estaba enferma, con mucha fiebre, y rogaron por ella a Jesús.

39. Jesús se inclinó sobre ella y reprendió a la fiebre, y la fiebre se le quitó. Al momento, ella se levantó y comenzó a atenderlos.

40. Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diferentes enfermedades los llevaron a Jesús;#4.40 Al ponerse el sol terminaba el sábado, día de reposo obligatorio, y entonces podían cargar a los enfermos para llevarlos a Jesús; véase Mc 1.32 n. y él puso las manos sobre cada uno de ellos, y los sanó.

41. De muchos enfermos también salieron demonios, que gritaban: —¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.#4.41 No los dejaba hablar: Mc 1.24,34; 5.7; véase Mc 1.34 nota.

42. Al amanecer, Jesús salió fuera de la ciudad, a un lugar solitario. Pero la gente lo buscó, y llegaron a donde él estaba. Querían detenerlo, para que no se fuera,

43. pero Jesús les dijo: —También tengo que anunciar la buena noticia del reino de Dios a los otros pueblos, porque para esto fui enviado.#4.43 Fui enviado: voz pasiva que significa lo mismo que Dios me envió.

44. Así iba Jesús anunciando el mensaje en las sinagogas del país de los judíos.

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