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San Marcos 11 DHH94I

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1. Cuando ya estaban cerca de Jerusalén, al aproximarse a los pueblos de Betfagé y Betania, en el Monte de los Olivos,#11.1 Betfagé: aldea cercana a Jerusalén, en el camino a Betania, pueblo situado a unos 3 kms. al oriente de la ciudad. Monte de los Olivos: colina aprox. a 1 km. de Jerusalén. Jesús envió a dos de sus discípulos,

2. diciéndoles: —Vayan a la aldea que está enfrente, y al entrar en ella encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo.

3. Y si alguien les pregunta por qué lo hacen, díganle que el Señor lo necesita y que en seguida lo devolverá.#11.3 El Señor: otra posible traducción, tanto aquí como en Mt 21.3 y Lc 19.31: su amo. Según algunos mss., las últimas palabras del v. 3 son en seguida lo enviará acá, refiriéndose al dueño como sujeto del verbo.

4. Fueron, pues, y encontraron el burro atado en la calle, junto a una puerta, y lo desataron.

5. Algunos que estaban allí les preguntaron: —¿Qué hacen ustedes? ¿Por qué desatan el burro?

6. Ellos contestaron lo que Jesús les había dicho; y los dejaron ir.

7. Pusieron entonces sus capas sobre el burro, y se lo llevaron a Jesús. Y Jesús montó.

8. Muchos tendían sus capas por el camino, y otros tendían ramas que habían cortado en el campo.#11.8 Manifestaciones de aclamación (véase Mt 21.8 n.).

9. Y tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban: —¡Hosana!#11.9 ¡Hosana!: Véase Mt 21.9 n. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!#11.9 ¡Bendito... del Señor!: Sal 118.25-26.

10. ¡Bendito el reino que viene, el reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!

11. Entró Jesús en Jerusalén y se dirigió al templo.#11.11 Templo: Véase Índice temático. Miró por todas partes y luego se fue a Betania con los doce discípulos, porque ya era tarde.

12. Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús sintió hambre.

13. De lejos vio una higuera que tenía hojas, y se acercó a ver si también tendría fruto, pero no encontró más que las hojas, porque no era tiempo de higos.#11.13 La indicación de que no era tiempo de higos hace más probable el carácter simbólico de la acción de Jesús. Véase Mt 21.1-22 n.

14. Entonces le dijo a la higuera: —¡Nunca más vuelva nadie a comer de tu fruto! Sus discípulos lo oyeron.

15. Después que llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas;#11.15-17 Los comerciantes habían convertido un negocio legítimo en fuente de abusos; véase Mt 21.12 n.

16. y no permitía que nadie pasara por el templo llevando cosas.

17. Y se puso a enseñar, diciendo: —En las Escrituras dice: “Mi casa será declarada casa de oración para todas las naciones”, pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones.

18. Al oír esto, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley comenzaron a buscar la manera de matar a Jesús, porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba admirada de su enseñanza.

19. Pero al llegar la noche, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad.

20. A la mañana siguiente pasaron junto a la higuera, y vieron que se había secado de raíz.

21. Entonces Pedro, acordándose de lo sucedido, le dijo a Jesús: —Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.#11.21 Cf. vv. 12-14.

22. Jesús contestó: —Tengan fe en Dios.

23. Pues les aseguro que si alguien le dice a este cerro: “¡Quítate de ahí y arrójate al mar!”, y no lo hace con dudas, sino creyendo que ha de suceder lo que dice, entonces sucederá.#11.23 Respecto a la expresión proverbial referida, véase Mt 17.20 nota; cf. Lc 17.6; 1 Co 13.2.

24. Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán.

25. Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.#11.25 Mt 6.14-15; cf. Eclo 28.2-5. Algunos mss. añaden el v. 26: Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en el cielo les perdonará a ustedes sus pecados, frase tomada probablemente de Mt 6.15.

27. Después de esto regresaron a Jerusalén. Mientras Jesús andaba por el templo, se acercaron a él los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos,

28. y le preguntaron: —¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te dio la autoridad para hacerlo?#11.27-28 La pregunta es motivada por las acciones de Jesús relatadas en las secciones anteriores (vv. 1-26).

29 . Jesús les contestó: —Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan#11.29-30 Juan: el Bautista (Mc 1.4-8; Jn 1.6,19-28). a bautizar, Dios o los hombres? Contéstenme, y yo les diré con qué autoridad hago esto.

31. Ellos se pusieron a discutir unos con otros: «Si respondemos que Dios lo envió, va a decir: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”

32. ¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?…» Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era un profeta.

33. Así que respondieron a Jesús: —No lo sabemos. Entonces Jesús les contestó: —Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto.

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