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San Marcos 14 DHH94I

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1. Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura.#14.1 Pascua: fiesta judía que conmemora la liberación de la esclavitud en Egipto (Ex 12.1-27; Dt 16.1-8); véase Índice temático. Pan sin levadura: Véase Índice temático. La Pascua duraba sólo un día; la seguía inmediatamente la fiesta del Pan sin levadura (Lv 23.5-6), que duraba siete días. Estas festividades atraían a un número extraordinario de judíos de todas partes. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo.

2. Pues algunos decían: —No durante la fiesta, para que la gente no se alborote.#14.1-2 Aunque por miedo a la gente (cf. Lc 22.2) no querían arrestar a Jesús abiertamente durante la fiesta, la colaboración inesperada de Judas (vv. 10-11) les dio la oportunidad de hacerlo por medio de algún engaño, sin enfrentarse con las multitudes.

3. Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso.#14.3 Simón, al que llamaban el leproso: Véase Mt 26.6 n. Mientras estaba sentado a la mesa,#14.3 Sentado a la mesa: En realidad, los comensales se recostaban sobre unos divanes (véase Lc 7.38 n.). llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro#14.3 Alabastro: piedra blanda y fina. lleno de perfume de nardo puro,#14.3 Nardo: ungüento muy valioso, hecho de la planta del mismo nombre e importado de la India. de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

4. Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros: —¿Por qué se ha desperdiciado este perfume?

5. Podía haberse vendido por el equivalente al salario#14.5 Salario de trescientos días: Lit. trescientos denarios, casi un año de salario de un jornalero. de trescientos días, para ayudar a los pobres. Y criticaban a aquella mujer.

6. Pero Jesús dijo: —Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo.

7. Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener.

8. Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro.#14.8 Véase Mt 26.8-12 n.; cf. Jn 19.40.

9. Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.

10. Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.

11. Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.

12. El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron: —¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?#14.12 El punto culminante de la Pascua era la cena, en que se comía el cordero sacrificado para tal ocasión (Lc 22.7 n.).

13. Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: —Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo,

14. y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?”#14.13-14 La ciudad: Jerusalén. El hombre del cántaro: posiblemente habían hecho arreglos para que eso sirviera de contraseña; véase Lc 22.10-11 n.

15. Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena.#14.15 La cena de la Pascua tenía que celebrarse dentro de la santa ciudad de Jerusalén, así que sus habitantes solían prestar a los peregrinos un lugar debidamente arreglado. Prepárennos allí lo necesario.

16. Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.

17. Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos.

18. Mientras estaban a la mesa,#14.18 Mientras estaban a la mesa: Lit. Mientras se recostaban; véase Mt 26.20 n. comiendo, Jesús les dijo: —Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19. Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno: —¿Acaso seré yo?

20. Jesús les contestó: —Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo.#14.20 Jn 13.18; cf. Sal 41.9 (10). Véase Mt 26.23 n.

21. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.

22. Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Tomen, esto es mi cuerpo.#14.22 Además de los pasajes paralelos, cf. Jn 6.51-58.

23. Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron.

24. Les dijo: —Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza,#14.24 Ex 24.6-8; Jer 31.31-34; Zac 9.11; Lc 22.20 n. sangre que es derramada en favor de muchos.

25. Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.#14.25 Véase Mt 8.11 nota; cf. Lc 13.29.

26. Después de cantar los salmos,#14.26 Salmos: La cena de Pascua generalmente empezaba con el canto de los Salmos 113—114, y se terminaba con los Salmos 115—118. se fueron al Monte de los Olivos.

27. Jesús les dijo: —Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.”#14.27 Zac 13.7; véase Mt 26.31 n.

28. Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.#14.28 Mt 28.7,10,16; Mc 16.7; cf. Jn 21.1.

29. Pedro le dijo: —Aunque todos pierdan su fe, yo no.

30. Jesús le contestó: —Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo#14.30 Respecto al canto del gallo, véase Mt 26.75 n. por segunda vez, me negarás tres veces.

31. Pero él insistía: —Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían lo mismo.

32. Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní.#14.32 Getsemaní: un jardín cercano a Jerusalén, al pie del Monte de los Olivos (cf. Jn 18.1). Jesús dijo a sus discípulos: —Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.

33. Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado.

34. Les dijo: —Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.

35. En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento.

36. En su oración decía: «Abbá,#14.36 Abbá: palabra aramea usada por los hijos al dirigirse a sus padres, y que equivale a «papá». Según los testimonios existentes, ni en el AT ni en el judaísmo se usaba este término tan familiar para invocar a Dios. En boca de Jesús, expresa una intimidad especial con él. Véase Ro 8.15 nota. Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo;#14.36 Trago amargo: Lit. copa, imagen literaria para expresar el sufrimiento; véase Mt 26.39 n. pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»#14.35-36 Cf. Heb 5.7-8.

37. Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: —Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto?

38. Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación.#14.38 Para que no caigan en tentación: Véase Lc 22.40 n. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.

39. Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras.

40. Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle.

41. Volvió por tercera vez, y les dijo: —¿Siguen ustedes durmiendo y descansando?#14.41 ¿Siguen ustedes durmiendo y descansando?: otra posible traducción: Ahora sí, duerman y descansen; véase Mt 26.45 n. Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.

42. Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.

43. Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos.

44. Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ese es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.»

45. Así que se acercó a Jesús y le dijo: —¡Maestro! Y lo besó.#14.44-45 Respecto al beso, véase Mt 26.48-49 n.

46. Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.

47. Pero uno de los que estaban allí sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.#14.47 Sumo sacerdote: el jefe de los sacerdotes judíos; véase Índice temático.

48. Y Jesús preguntó a la gente: —¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido?

49. Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el templo,#14.49 Lc 19.47; 21.37; Jn 18.20. y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.

50. Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron.

51. Pero un joven lo seguía, cubierto solo con una sábana. A este lo agarraron,

52. pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

53. Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley.#14.53 Era una reunión del Sanedrín, o sea la Junta Suprema de los judíos (v. 55). Véanse Mt 26.57 n. y Junta Suprema en el Índice temático.

54. Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.

55. Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban.

56. Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros.#14.56 Según la ley judía, era necesario contar con dos o más testigos que concordaran en su testimonio (Nm 35.30; Dt 19.15).

57. Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:

58. —Nosotros lo hemos oído decir: “Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.”#14.58 Mc 15.29; cf. Jn 2.19-22. Además, Jesús había anunciado a sus discípulos la destrucción del templo de Jerusalén (Mc 13.1-2).

59. Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.

60. Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús: —¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?#14.60 ¿No contestas... contra ti?: otra posible traducción: ¿No contestas nada a lo que éstos dicen contra ti?

61. Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada.#14.60-61 Is 53.7; Mt 27.12-14; Mc 15.5; Lc 23.9. El sumo sacerdote volvió a preguntarle: —¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?

62. Jesús le dijo: —Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha#14.62 Como sucede en la actualidad, la derecha era el lugar de honor. del Todopoderoso,#14.62 Del Todopoderoso: Lit. del poder, modo de referirse a Dios sin pronunciar el nombre sagrado. y viniendo en las nubes del cielo.

63. Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo: —¿Qué necesidad tenemos de más testigos?

64. Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece? Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.

65. Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole: —¡Adivina quién te pegó! Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.

66. Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote;

67. y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo: —Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.

68. Pedro lo negó, diciendo: —No lo conozco, ni sé de qué estás hablando. Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo.#14.68 Algunos mss. omiten Entonces cantó un gallo.

69. La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás: —Este es uno de ellos.

70. Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: —Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.

71. Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar,#14.71 Jurar y perjurar: es decir, exponiéndose a maldición en caso de no decir la verdad. diciendo: —¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!

72. En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.

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