San Mateo 16 DHH94I
1. Los fariseos y los saduceos fueron a ver a Jesús y, para tenderle una trampa, le pidieron que hiciera alguna señal milagrosa que probara que él venía de parte de Dios.#16.1 Mt 12.38; Lc 11.16; Jn 6.30. De parte de Dios: Lit. del cielo, manera de referirse a Dios sin usar el nombre divino.
2. Pero Jesús les contestó: «Por la tarde dicen ustedes: “Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojo”;
3. y por la mañana dicen: “Hoy va a hacer mal tiempo, porque el cielo está rojo y nublado.” Pues si ustedes saben interpretar tan bien el aspecto del cielo, ¿cómo es que no saben interpretar las señales de estos tiempos?#16.2-3 Aquí las señales (v. 3) pueden referirse a los milagros descritos en Mt 15.29-31 (cf. Mt 11.2-6, y véase 12.38 n.), o a todo lo que estaba sucediendo. Algunos mss. omiten las palabras de Jesús en 16.2-3 y empiezan sus palabras con las del v. 4.
4. Esta gente malvada e infiel pide una señal milagrosa; pero no va a dársele más señal que la de Jonás.»#16.4 Mt 12.39; Lc 11.29; cf. Jon 3.3-5. Y los dejó, y se fue.
5. Cuando los discípulos pasaron al otro lado#16.5 Al otro lado del lago: esto es, al lado oriental. del lago, se olvidaron de llevar pan.
6. Entonces Jesús les dijo: —Miren, cuídense de la levadura de los fariseos#16.6 Levadura: Véase Mt 13.33 n.; cf. también Lc 12.1. y de los saduceos.
7. Los discípulos comentaban unos con otros: —¡No trajimos pan!
8. Jesús se dio cuenta, y les dijo: —¿Por qué dicen que no tienen pan? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
9. ¿Todavía no entienden, ni se acuerdan de los cinco panes que repartí entre cinco mil hombres, y cuántas canastas recogieron?
10. ¿Ni se acuerdan tampoco de los siete panes que repartí entre cuatro mil, y cuántas canastas recogieron?
11. ¿Cómo no se dan cuenta ustedes de que yo no estaba hablando del pan? Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
12. Entonces comprendieron que Jesús no les había dicho que se cuidaran de la levadura del pan, sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.
13. Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo,#16.13 Cesarea de Filipo: ciudad romana situada al norte del Lago de Galilea, en territorio no judío. preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?#16.13 Hijo del hombre: título que Jesús se aplicaba a sí mismo; véase Índice temático.
14. Ellos contestaron: —Algunos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías,#16.14 Elías: profeta que vivió en tiempos del rey Acab (1 R 17—2 R 2); los judíos esperaban su regreso, que anunciaría la llegada del Día del Señor (Mal 4.5-6 [3.23-24]; cf. Eclo 48.4,10). y otros dicen que Jeremías o algún otro profeta.#16.14 Mt 14.1-2; Mc 6.14-15; Lc 9.7-8.
15. —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
16. Simón Pedro le respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.#16.16 Cf. Jn 6.68-69. El Mesías: título hebreo equivalente al griego Cristo; ambas palabras significan «ungido», «consagrado». Véase Índice temático.
17. Entonces Jesús le dijo: —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo.
18. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra#16.18 Piedra: también puede traducirse por roca; en griego hay un juego de palabras entre petros «piedra, roca», usada aquí como nombre propio (castellanizado Pedro), y petra «roca, peña» (traducida roca en Mt 7.24-25). Probablemente Jesús usó la forma aramea kefá (Cefas; cf. Jn 1.42; 1 Co 1.12; Gl 2.9), que significa tanto «roca» como «piedra». voy a construir mi iglesia;#16.18 Iglesia: En los evangelios esta palabra sólo aparece aquí y en Mt 18.17. En 16.18 designa al nuevo pueblo de Dios, al pueblo mesiánico. Este término es muy frecuente en otros libros del NT. Véase Índice temático. Cf. Ef 2.20. y ni siquiera el poder de la muerte#16.18 El poder de la muerte: Lit. las puertas del Hades, el lugar de los muertos. Véase Reino de la muerte en el Índice temático. podrá vencerla.
19. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.#16.19 Mt 18.18; cf. Jn 20.23. Llaves: símbolo de la autoridad del mayordomo para cerrar y abrir, con probable alusión a Is 22.15-25. Atar y desatar son términos que empleaban los rabinos con el sentido de excluir y admitir, respectivamente.
20. Luego Jesús ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.#16.20 Que no dijeran a nadie: Véase Mc 1.34 nota.
21. A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que él tendría que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría.#16.21 Que lo iban a matar... resucitaría: Mt 17.22-23; 20.17-19. Véase Mc 8.31—9.1 n.
22. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: —¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Esto no te puede pasar!
23. Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: —¡Apártate de mí, Satanás,#16.23 Jesús parece reconocer aquí una continuación de la tentación de Satanás (cf. Mt 4.10). pues eres un tropiezo para mí! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.
24. Luego Jesús dijo a sus discípulos: —Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.
25. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la encontrará.#16.24-25 Cargue con su cruz: Sobre esta metáfora, véase Mt 10.38 n.; cf. también Lc 14.27; 17.33; Jn 12.24-25.
26. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?#16.25-26 Vida: la palabra griega significa vida, alma, o uno mismo. La expresión pierde la vida en el v. 26 equivale a arruina su vida (o se pierde a sí mismo, como en efecto lo expresa Lc 9.25).
27. Porque el Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a lo que haya hecho.#16.27 Sal 62.11-12 (12-13); Pr 24.12; Jer 17.10; Ez 18.30; Eclo 16.12,14; Ro 2.6.
28. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán hasta que vean al Hijo del hombre venir a reinar.#16.28 Se han dado varias interpretaciones de esta declaración de Jesús, entendiéndola como referencia a: (1) su segunda venida, que los primeros cristianos creían que ocurriría en vida de ellos; (2) la exaltación y gloria de Jesús, que su muerte y resurrección significaban (Lc 24.26; Jn 12.23; 13.31-32; Hch 3.13), o (3) la transfiguración de Jesús, que se relata en el pasaje que sigue.