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Miqueas 4 DHH94I

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1. En los últimos tiempos#4.1-5 Esta profecía, que anuncia la gloria futura de Jerusalén, contrasta sensiblemente con las amenazas del cap. anterior (véase Miq 3.12 n.). El mismo texto, con algunas variantes, se encuentra también en Is 2.2-4. quedará afirmado el monte donde se halla el templo del Señor. Será el monte más alto; más alto que cualquier otro monte. Todas las naciones vendrán a él;

2. pueblos numerosos llegarán, diciendo: «Vengan, subamos al monte del Señor,#4.2 Monte del Señor: Véase Sal 2.6 n. al templo del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y podamos andar por sus senderos.» Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor, de Jerusalén vendrá su palabra.

3. El Señor juzgará entre las naciones y decidirá los pleitos de pueblos numerosos, aun de los más lejanos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces.#4.3 Ellos convertirán... en hoces: esta figura se utiliza en Jl 3.10 en sentido inverso. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni a recibir instrucción para la guerra.

4. Todos vivirán entonces sin temor, y cada cual podrá descansar a la sombra de su vid y de su higuera.#4.4 La vid y la higuera simbolizan tranquilidad, paz y seguridad (cf. 1 R 4.25; Zac 3.10; 1 Mac 14.12). ¡Son las propias palabras del Señor todopoderoso!

El Señor salvará a su pueblo

5. Los otros pueblos obedecen a sus propios dioses, pero nosotros siempre obedeceremos al Señor nuestro Dios.#4.5 Cf. Is 2.5.

6 7. Esto afirma el Señor: «En aquel día#4.6-7 Aquel día: Véase Is 13.6 n. Cf. también Ez 3.5; Jl 1.15; 2.1,11; Am 5.18; Abd 15; Sof 1.7,14; Mal 4.1-6. reuniré a mis ovejas, a las que había castigado: a las impedidas, cansadas y dispersas. Con ellas, con las que hayan quedado, haré una nación poderosa. Yo, el Señor, gobernaré a mi pueblo desde el monte Sión, ahora y siempre.#4.6-7 La reunión del rebaño disperso es una figura frecuente en la Biblia. Cf. Is 40.11; 56.8; Jer 23.3; 29.14; 31.8-10; Ez 11.17; 34.11-16; Miq 2.12-13; Sof 3.18-19; Zac 10.8; Jn 10.7-16.

8. Y tú, Jerusalén,#4.8 Jerusalén: Lit. Torre del rebaño. torre y fortaleza de Sión, tú volverás a ser la capital del reino, la gran señora que antes fuiste.»#4.8 Tú volverás... fuiste: posible referencia a la época de David y Salomón, cuando Jerusalén era la capital de toda la nación (Israel y Judá). Cf. 2 S 5.6-9.

9. Ahora pues, ¿por qué gritas así, como una mujer con dolores de parto?#4.9 Dolores de parto: Los profetas comparan frecuentemente las tribulaciones previstas para el fin de los tiempos con los dolores de parto. Cf. Is 66.7-9; Jer 4.31; 6.24; 22.23; Mt 24.19-22. ¿Acaso porque en ti no hay rey? ¿O porque han muerto tus consejeros?

10. Retuércete y grita, ciudad de Sión, como una mujer con dolores de parto, porque tu gente va a salir de ti y tendrá que vivir a campo abierto, y aun llegará hasta Babilonia.#4.10 Babilonia: posible referencia a la deportación que sufrieron muchos sobrevivientes de Judá, después que el ejército del rey Nabucodonosor destruyó la ciudad de Jerusalén en el año 587 a.C. (cf. 2 R 24—25; 2 Cr 36.5-21; Jer 52.3-11). Véase Índice de mapas. Pero allí librará el Señor a su pueblo; lo salvará de sus enemigos.

11. Ahora muchas naciones se han juntado en contra tuya,#4.11 Ahora muchas naciones... en contra tuya: Cf. Sal 48.3-8(4-9); Is 14.1-3,12-15; Jl 3.1-3,9-12. diciendo: «¡Vamos a darnos el gusto de ver a Jerusalén profanada!»

12. Pero esas naciones no conocen los pensamientos y los planes de Dios; no saben que él las va a juntar como manojos de espigas en la era.#4.11-12 Las naciones vecinas de Israel son percibidas como instrumentos de Dios, aun cuando ellas mismas no se daban cuenta de estar cumpliendo la voluntad divina. Cf. Is 10.5-19.

13. ¡Levántate y trilla, ciudad de Sión! Porque el Señor dice: «Yo te daré la fuerza de un toro de cuernos de hierro y pezuñas de bronce, para que destroces a muchos pueblos. Tú les quitarás sus riquezas mal habidas y me las consagrarás a mí, al Señor de toda la tierra.»#4.13 Señor de toda la tierra: Zac 4.14; 6.5.

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