Nehemías 13 DHH94I
1. Por aquel tiempo se leyó públicamente el libro de Moisés, y en él se halló escrito que los amonitas y moabitas no debían jamás pertenecer al pueblo de Dios.#13.1 Esta prohibición se encuentra en Dt 23.3-5(4-6) y alude al incidente descrito en Nm 22—24 (cf. Nm 22.1-6). Según parece, ya al principio se prohibía la participación de los amonitas y moabitas en el culto del templo; pero más tarde, debido a la situación de la comunidad judía postexílica (cf. Neh 4.6-10), esta prohibición fue aplicada con mucho más rigor y se extendió a todos los extranjeros.
2. (Porque ellos no salieron a recibir a los israelitas con comida y bebida, sino que le pagaron a Balaam para que pronunciara maldiciones contra ellos, aunque nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.)
3. Así que, en cuanto oyeron lo que decía la ley, separaron de Israel a todos los que ya se habían mezclado con extranjeros.
4. Antes de esto,#13.4 Antes de esto: Se alude al tiempo que Nehemías pasó en Persia, luego de finalizar su primer mandato como gobernador de Jerusalén (véase 13.6 n.) el sacerdote Eliasib estaba a cargo de los almacenes del templo de nuestro Dios. Como Eliasib era pariente de Tobías,#13.4 Tobías: Véase Neh 2.10 n.; cf. 6.18.
5. había facilitado a este un cuarto grande en el que antes se guardaban las ofrendas, el incienso, los utensilios y el diezmo del trigo, del vino y del aceite que se ordenaba dar a los levitas, cantores y porteros, además de las contribuciones para los sacerdotes.
6. Cuando todo esto ocurrió, yo no estaba en Jerusalén,#13.6 Nehemías finalizó su misión como gobernador de Jerusalén en el año treinta y dos de Artajerjes (véase Esd 7.1 n.), es decir, en el 433 a.C. Posteriormente regresó a Persia y, después de algún tiempo, solicitó permiso para regresar nuevamente a Jerusalén, a fin de continuar con las reformas que se describen en los vv. 4-31. porque en el año treinta y dos del reinado de Artajerjes, rey de Babilonia,#13.6 Rey de Babilonia: Algunos reyes de Persia adoptaron también este título. volví a la corte; aunque al cabo de algún tiempo pedí permiso al rey
7. y regresé a Jerusalén.#13.7 La narración no indica el tiempo que Nehemías estuvo ausente de Jerusalén. Durante ese período se produjeron cambios importantes en la vida interna de la ciudad (cf. v. 5). Fue entonces cuando comprobé el mal que había hecho Eliasib por complacer a Tobías, proporcionándole una sala en el atrio del templo de Dios.
8. Aquello me disgustó mucho,#13.8 La reacción de Nehemías, al comprobar que Eliasib había permitido a Tobías instalarse en el templo (v. 5), fue de rechazo y disgusto. La sala que ocupaba Tobías era necesaria para el culto. Su presencia en el templo fue interpretada por Nehemías como un acto de profanación. y eché fuera de la sala todos los muebles de la casa de Tobías.
9. Luego ordené que la purificaran y que volvieran a colocar en su sitio los utensilios del templo de Dios, las ofrendas y el incienso.
10. También supe que no se habían entregado a los levitas sus provisiones, y que los levitas y cantores encargados del culto habían huido, cada uno a su tierra.
11. Entonces reprendí a las autoridades por el abandono en que tenían el templo de Dios. Después reuní a los sacerdotes y levitas, y los instalé en sus puestos,
12. y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo#13.12 Lv 27.30; Nm 18.21; Mal 3.8-10. del trigo, del vino y del aceite.
13. Luego puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al secretario Sadoc y a un levita llamado Pedaías; puse también como ayudante suyo a Hanán, hijo de Zacur y nieto de Matanías, porque eran dignos de confianza. Ellos se encargarían de hacer el reparto a sus compañeros.
14. ¡Dios mío: tómame en cuenta esto que he hecho; y no olvides todo lo bueno#13.14 La palabra hebrea traducida aquí como lo bueno incluye las ideas de misericordia, piedad, amor y compromiso. También se relaciona con acciones motivadas por la lealtad y la fidelidad. que he hecho por el templo de mi Dios y por su culto!#13.14 Cf. 5.19; 13.22,29,31.
15. En aquellos días vi que en Judá había quienes en sábado#13.15 En los vv. 15-22 se destaca la importancia que se dio a la observancia del sábado durante la época postexílica. Cf. Ex 20.8-10; Is 56.2,4,6; 58.13; Jer 17.17; Ez 20.12-14. pisaban uvas para hacer vino, acarreaban manojos de trigo, cargaban los asnos con vino y racimos de uvas, higos y toda clase de carga, y que también en sábado lo llevaban a Jerusalén. Entonces los reprendí por vender sus mercancías en ese día.
16. Además, algunos de la ciudad de Tiro#13.16 La ciudad fenicia de Tiro estaba situada en la costa del Mediterráneo, al norte de Palestina (véase Índice de mapas). Sus ciudadanos eran famosos por sus actividades comerciales. Cf. Ez 27.12-36; 28.12-24. que vivían allí, llevaban pescado y toda clase de mercancías, y se lo vendían en sábado a los judíos de Jerusalén.
17. Entonces reprendí a los jefes de Judá, diciéndoles: —¿Qué maldad están cometiendo, al profanar el sábado?
18. Esto es precisamente lo que hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios trajo tantas desgracias sobre nosotros y sobre esta ciudad. ¿Acaso quieren irritar más aún a Dios contra Israel por profanar el sábado?#13.18 Cf. Jer 17.21-27; Ez 20.12-24.
19. Entonces ordené que tan pronto como las sombras de la tarde anunciaran el comienzo del sábado, se cerraran las puertas de Jerusalén y no fueran abiertas hasta pasado el día. Puse además en las puertas a algunos de mis sirvientes para que en sábado no entrara ningún cargamento.#13.19 El sábado comenzaba al atardecer y finalizaba al oscurecer del día siguiente, ya que los días se contaban a partir de la puesta del sol.
20. Los negociantes y vendedores de mercancías se quedaron varias veces a pasar la noche fuera de Jerusalén,
21. pero yo discutí con ellos y los reprendí por quedarse a pasar la noche delante de la muralla, y les dije que si volvían a hacerlo los haría arrestar. Desde entonces no volvieron a presentarse en sábado.
22. Después ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a vigilar las puertas, para que el sábado no fuera profanado. ¡Dios mío: acuérdate de mí también por esto, y ten compasión de mí conforme a tu bondad!
23. Vi también en aquellos días que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab;#13.23 Cf. Esd 9—10; Neh 10.30.
24. y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod y de otras naciones, pero no sabían hablar la lengua de los judíos.#13.23-24 La gravedad de la crisis que presentaban los matrimonios mixtos se destaca al indicar que la mitad de sus hijos no hablaban la lengua de los judíos. Nehemías estaba consciente de la importancia del idioma para la unidad e identidad nacional. Las lenguas amonita y moabita eran similares al heb.; la lengua de Asdod era, probablemente, un dialecto arameo o filisteo.
25. Discutí con ellos y los maldije.#13.25 La maldición de Nehemías estaba relacionada, posiblemente, con una de las disposiciones de la alianza que el pueblo anteriormente había hecho: la de no casarse con mujeres extranjeras (cf. Neh 10.29-30; Dt 28). A algunos de ellos los golpeé y les arranqué el pelo, y los obligué a jurar por Dios que no permitirían más que sus hijas e hijos se casaran con extranjeros, ni aceptarían como esposas para sus hijos o para ellos mismos a las mujeres de ellos. Les dije además:
26. «¡Este fue el pecado de Salomón, rey de Israel! Y a pesar de que entre las muchas naciones no hubo un rey como él, y de que Dios lo amó#13.26 2 S 12.24-25. y lo puso como rey de todo Israel, las mujeres extranjeras lo hicieron pecar.
27. Por lo tanto, no se tolerará que ustedes pequen tan gravemente contra nuestro Dios, casándose con mujeres extranjeras.»
28. A uno de los hijos de Joiadá, el hijo del sumo sacerdote Eliasib, que era además yerno de Sambalat#13.28 Yerno de Sambalat: Este nieto del sumo sacerdote Eliasib, en contra de lo establecido por la ley (Lv 21.14), se había casado con una hija de Sambalat, el gobernador de Samaria y encarnizado enemigo de Nehemías (Neh 2.10; 4.1-2[3.33-34],7-8[1-2]; 6.1-14). el horonita, lo hice huir de mi presencia.
29. ¡Dios mío: acuérdate de los que han manchado el sacerdocio y la alianza sacerdotal y levítica!#13.29 Véase 5.19 n.; cf. Mal 2.1-9.
30. Así que los limpié de todo lo que era extranjero y organicé los turnos de sacerdotes y levitas, cada cual en su obligación;#13.30 Cf. 10.30-39; 12.44-47; 13.12-13.
31. la provisión de leña en las fechas señaladas y la entrega de los primeros frutos. ¡Dios mío: acuérdate de favorecerme!