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Proverbios 23 BDO1573

« CAPIT. XXIII.

1. Qvando te aſſentâres à comer con algun Señor, cõsidera bien loque estuuiere delante de ti.

2. Y pon cuchillo à tu garganta, ſi tienes grande apetito.

3. No cobdicies ſus manjares, porque es pan engañoso.

4. No trabajes para ſer rico, dexate de tu cuydado.

5. Has de poner tus ojos en las riquezas, ſiendo ningunas? porque hazer sehan alas, como alas de aguila, y bolaran àl cielo.

6. No comas pan de hombre de mal ojo; ni cobdicies ſus manjares.

7. Porque qual es ſu pensamiento en ſu alma, tal es el: Dezirteha, Come, y beue: mas ſu coraçon no eſtá contigo.

8. Comiste tu parte? vomitarlohas: y perdiste tus suaues palabras.

9. No hables en las orejas del loco: porque menospreciará la prudencia de tus razones.

10. No traspaſſes el termino antiguo, ni entres en la heredad de los huerfanos.

11. Porque el defensor deellos es el Fuerte: el qual juzgará la cauſa deellos contra ti.

12. Aplica àl castigo tu coraçon: y tus orejas à las hablas de Sabiduria.

13. No detengas el castigo del mochacho: porque ſi lo hirieres con vara, no morirá.

14. Tu lo herirás con vara, y librarás ſu alma del infierno.

15. Hijo mio, ſi sabio fuere tu coraçon, tãbien à mi seme alegrará el coraçon.

16. Mis entrañas tambien ſe alegrarán, quando tus labios hablâren coſas rectas.

17. No tenga embidia de los peccadores tu coraçõ: antes perseuera enel temor de Iehoua todo tiempo;

18. Porque ciertamente ay fin: y tu eſperança no ſerá cortada.

19. Oye tu hijo mio, y sé sabio, y endereça àl camino tu coraçon.

20. No estés con los beuedores de vino, ni con los comedores de carne;

21. Porque el beuedor y el comilon empobrecerán: y el ſueño hará vestir veſtidos rotos.

22. Oye à tu padre, à aquel que te engendró: y quando tu madre enuejeciére, no la menosprecies.

23. Compra la verdad, y no la vendas: la ſabiduria, el enseñamiento, y la intelligencia.

24. Alegrãdo ſe alegrará el padre del juſto: y elque engendró sabio, ſe gozará conel.

25. Alegreſe tu padre y tu madre, y gozeſe la que te engendró.

26. Dame hijo mio tu coraçon, y miren tus ojos por mis caminos:

27. Porque Symma profunda es la ramera, y pozo angosto la estraña.

28. Tambien ella, como robador, assecha: y multiplica entre los hombres los preuaricadores.

29. Para quien serà el ay? para quien el ay? para quien las renzillas? para quien las quexas? para quien las heridas debalde? para quien los cardenales de los ojos?

30. Para los que ſe detienen cabe el vino; para losque van buscando la mistura.

31. No mires àl vino como es bermejo, como resplandezca ſu color enel vaſo, como ſe entra suauemente.

32. A ſu fin morderá como ſerpiente: y como basilisco dará dolor.

33. Tus ojos mirarán las estrañas; y tu coraçon hablará peruersidades.

34. Y serás como elque duerme en medio de la mar: y como elque ſe acuesta cabe el timon.

35. Y diràs Hirieronme, mas no me dolió: açotaronme, mas no lo senti: quãdo deſpertâre, aun lo tornaré à buscar.

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