Proverbios 23 DHH94I
1. Cuando un gran señor te invite a comer, piensa bien delante de quién te encuentras.
2. Aunque tengas mucha hambre, controla tu apetito;
- 7 -3. no codicies sus deliciosos manjares, porque te puede estar engañando.#23.1-3 Cf. Pr 23.6; Eclo 31.13-21. Porque te puede estar engañando: en el sentido de poner a prueba para medir la calidad de la persona.
4. No te esfuerces por hacerte rico; deja de preocuparte por eso.
- 8 -5. Si te fijas bien, verás que no hay riquezas; de pronto se van volando, como águilas, como si les hubieran salido alas.
6. No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus deliciosos manjares,
7. que son como un pelo en la garganta:#23.7 Como un pelo en la garganta: según la versión griega (LXX). Hebreo oscuro. Un pelo en la garganta puede ocasionar vómito, con lo cual los manjares no serían de ningún provecho. él te invita a comer y beber, pero no lo dice en serio;
- 9 -8. vomitarás después lo que comiste y de nada te habrán servido tus palabras amables.#23.6-8 Pr 23.1-3; Eclo 31.13-21.
- 10 -9. No hables a oídos del necio, pues se burlará de tus sabias palabras.#23.9 En Mt 7.6, Jesús da la misma enseñanza con otras palabras.
10. No cambies de lugar los linderos antiguos, ni invadas el terreno de los huérfanos,
- 11 -11. porque ellos tienen un poderoso libertador que saldrá contra ti en su defensa.#23.10-11 Estos vv. completan y complementan lo dicho en Pr 22.28. Véase Pr 15.25 n. A la luz de estos vv., el poderoso libertador es Dios mismo.
- 12 -12. Aplica tu mente y tus oídos a la instrucción y a los conocimientos.
13. No dejes de corregir al joven, que unos cuantos azotes no lo matarán;
- 13 -14. por el contrario, si lo corriges, lo librarás de la muerte.#23.13-14 Véase Pr 19.18 n.; cf. Eclo 30.1,7-13. El sabio expone su pensamiento contraponiendo dos clases de males: el mal menor es el que puede sentir el joven al ser castigado; el mal definitivo (la muerte) es el que le sobrevendrá si no es corregido a tiempo.
15. Cuando alcances la sabiduría, hijo mío, no habrá nadie más feliz que yo;
- 14 -16. sentiré una profunda alegría al oírte hablar como es debido.#23.15-16 Véase Pr 10.1 nota.
17. No tengas envidia de los pecadores;#23.17-18 No tengas envidia de los pecadores: Cf. Sal 37.1-4; Pr 3.31; Eclo 9.11-12. antes bien, honra siempre al Señor;
- 15 -18. entonces tendrás un buen fin#23.18 Tendrás un buen fin: según la versión griega (LXX). Heb. tendrá buen fin. y tu esperanza jamás será destruida.
19. Atiende bien, hijo mío, y aprende; procura seguir el buen camino.
20. No te juntes con los borrachos ni con los que comen demasiado,
- 16 -21. pues los borrachos y los glotones acaban en la ruina, y los perezosos se visten de harapos.#23.19-21 La Ley establecía una severa sanción para los que se comportaban de este modo (Dt 21.18-21). Cf. también Pr 21.17; Eclo 18.30-33.
22. Atiende a tu padre, que te engendró; no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
23. Compra la verdad y la sabiduría, la instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!
24. El padre del hijo bueno y sabio tiene razón para estar feliz y orgulloso;
- 17 -25. ¡haz, pues, que tu padre y tu madre se sientan felices y orgullosos!#23.22-25 Pr 10.1; 17.25; 19.26; 23.15-16.
26. Pon toda tu atención en mí, hijo mío, y mira con buenos ojos mi ejemplo;
27. porque la mujer extraña, la prostituta, es como un pozo profundo y angosto;#23.27 Cf. Pr 22.14. El pozo profundo y angosto: posible alusión al pozo del abismo (cf. Ap 9.1-2).
- 18 -28. se pone al acecho, como un ladrón, y hace que muchos hombres se pierdan.
29. ¿Quién sufre? ¿Quién se queja? ¿Quién anda en pleitos y lamentos? ¿Quién es herido sin motivo? ¿Quién tiene turbia la mirada?
30. El que no abandona jamás el vino y anda ensayando nuevas bebidas.
31. No te fijes en el vino. ¡Qué rojo se pone y cómo brilla en la copa! ¡Con qué suavidad se resbala!
32. Pero al final es como una serpiente que muerde y causa dolor.
33. Te hará ver cosas extrañas, y pensar y decir tonterías;
34. te hará sentir que estás en alta mar, recostado en la punta del palo mayor,
35. y dirás: «Me golpearon, y no lo sentí; me azotaron, y no me di cuenta; pero en cuanto me despierte iré en busca de más vino.»