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Salmos 12 DHH94I

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1. 1 (2) Sálvanos, Señor, pues ya no hay creyentes fieles;#12.1(2) Cf. Miq 7.2. ya no hay hombres sinceros.#12.1(2) Sinceros: Lit. firmes o dignos de confianza.

2. 2 (3) Unos a otros se mienten; hablan con hipocresía y doble sentido.#12.2(3) Doble sentido: Lit. con corazón y corazón, modismo hebreo que indica doblez en la persona que habla. Para los antiguos israelitas, el corazón era la sede del pensamiento, de las actitudes profundas y de las decisiones. Cf. Is 29.13; Mc 7.21.

3. 3 (4) Arranca, Señor, de raíz a los hipócritas y fanfarrones,

4. 4 (5) a los que dicen: «Con tener boca nos basta; nuestra lengua nos defiende. ¿Quién se atreve a darnos órdenes?»

5. 5 (6) Esto ha dicho el Señor: «A los pobres y débiles se les oprime y se les hace sufrir. Por eso voy ahora a levantarme, y les daré la ayuda que tanto anhelan.»#12.5(6) El Señor responde a la súplica con una promesa de liberación para todos los oprimidos. Véase Sal 55.22(23) nota. Cf. Is 33.10.

6. 6 (7) Las promesas del Señor son puras; ¡son como la plata más pura, refinada en el horno siete veces!#12.6(7) Sobre la imagen del horno o crisol donde se purifican los metales, cf. Job 23.10; Sal 17.3; Pr 17.3; Is 48.10; Zac 13.8-9. El siete es el número que simboliza la perfección y la plenitud. Cf. Gn 4.15,24; Sal 79.12; véase Ap 1.4 nota.

7. 7 (8) Tú, Señor, nos cuidarás; ¡siempre nos protegerás de tales gentes!

8. 8 (9) Los malvados rondan por todos lados y todo el mundo alaba la maldad.#12.8(9) Alaba la maldad: traducción probable; heb. oscuro.

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