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Salmos 127 DHH94I

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1. 1 (1b) Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores; si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que vigilen los centinelas.

2. De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor, cuando Dios lo da a sus amigos mientras duermen.#127.1(1b)-2 Cf. Dt 8.11-18; Pr 3.5; 21.31; Mt 6.25-34; Jn 15.3-5.,#127.2 El salmista no invita a la inacción o a la pereza, tantas veces reprobadas en los escritos sapienciales (Pr 6.6-11; 10.4; 20.4; 24.30-34), sino que condena la excesiva preocupación (Lc 10.40-41).

3. Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor.

4. Los hijos que nos nacen en la juventud son como flechas en manos de un guerrero.

5. ¡Feliz el hombre que tiene muchas flechas como esas! No será avergonzado por sus enemigos cuando se defienda de ellos ante los jueces.#127.5 Ante los jueces: Lit. en las puertas de la ciudad, donde se trataban los asuntos públicos y se reunían los jueces para resolver los pleitos. Cf. Rt 4.1-2.

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