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Salmos 90 DHH94I

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1. 1 (1b) Señor, tú has sido nuestro refugio por todas las edades.

2. Desde antes que se formaran los montes y que existieran la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.

3. Haces que el hombre vuelva al polvo cuando dices: «Vuelvan al polvo, seres humanos.»#90.3 Alusión a Gn 3.19; cf. Sal 104.29; Ec 3.20; 12.7.

4. En verdad, mil años, para ti, son como el día de ayer, que pasó. ¡Son como unas cuantas horas de la noche!

5. Arrastras a los hombres con violencia, cual si fueran solo un sueño;#90.5 Un sueño: Job 20.8.

6. son como la hierba, que brota y florece a la mañana, pero a la tarde se marchita y muere.#90.6 Acerca de esta metáfora, véanse referencias en Sal 37.2 n.

7. En verdad, tu furor nos consume, ¡nos deja confundidos!

8. Nuestros pecados y maldades quedan expuestos ante ti.

9. En verdad, toda nuestra vida termina a causa de tu enojo; nuestros años se van como un suspiro.

10. Setenta son los años que vivimos; los más fuertes llegan hasta ochenta;#90.10 Cf. Gn 6.3; Eclo 18.9. pero el orgullo de vivir tanto sólo trae molestias y trabajo. ¡Los años pronto pasan, lo mismo que nosotros!#90.10 Job 14.1; Ec 2.23; 11.8.

11. ¿Quién conoce la violencia de tu enojo? ¿Quién conoce tu furor?

12. Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría.

13. ¡Señor, vuélvete a nosotros! ¿Cuánto más tardarás? ¡Ten compasión de estos siervos tuyos!

14. Llénanos de tu amor al comenzar el día,#90.14 Al comenzar el día: Véase Sal 46.5(6) n. Cf. Sal 30.5(6); 143.8. y alegres cantaremos toda nuestra vida.

15. Danos tantos años de alegría como los años de aflicción que hemos tenido.

16. ¡Haz que tus siervos y sus descendientes puedan ver tus obras y tu gloria!

17. Que la bondad del Señor, nuestro Dios, esté sobre nosotros. ¡Afirma, Señor, nuestro trabajo! ¡Afirma, sí, nuestro trabajo!

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