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Apocalipsis 16 DHH94I

«

1. Oí una fuerte voz, que salía del santuario y que decía a los siete ángeles: «Vayan y vacíen sobre la tierra esas siete copas de la ira de Dios.»

2. El primer ángel fue y vació su copa sobre la tierra; y a toda la gente que tenía la marca del monstruo y adoraba su imagen, le salió una llaga maligna y dolorosa.#16.2 Ex 9.8-11. Cf. la primera trompeta, que también afectó a la tierra (Ap 8.7).

3. El segundo ángel vació su copa sobre el mar, y el agua del mar se volvió sangre, como la de un hombre asesinado, y murió todo lo que en el mar tenía vida.#16.3 La segunda trompeta también afectó al mar (Ap 8.8-9).

4. El tercer ángel vació su copa sobre los ríos y manantiales, y se volvieron sangre.#16.4 Ex 7.17-21; Sal 78.44. También la tercera trompeta afectó a los ríos y manantiales (Ap 8.10-11).

5. Luego oí que el ángel de las aguas decía: «Tú eres justo por haber juzgado así, oh Dios santo, que eres y que eras,

6. porque ellos derramaron la sangre de tu pueblo santo y de los profetas, y ahora tú les has dado a beber sangre. ¡Se lo han merecido!»

7. Oí también que el del altar decía: «Sí, oh Señor, Dios todopoderoso, tú has juzgado con verdad y rectitud.»

8. El cuarto ángel vació su copa sobre el sol,#16.8 También la cuarta trompeta afectó al sol (Ap 8.12). y se le dio al sol poder para quemar con fuego a la gente.

9. Y todos quedaron terriblemente quemados; pero no se volvieron a Dios ni lo alabaron, sino que dijeron cosas ofensivas contra él, que tiene poder sobre estas calamidades.

10. El quinto ángel vació su copa sobre el trono del monstruo, y su reino quedó en oscuridad.#16.10 Cf. Ex 10.21-23. La quinta trompeta también causó oscuridad (Ap 9.1-2). La gente se mordía la lengua de dolor;

11. pero ni aun así dejaron de hacer el mal, sino que a causa de sus dolores y sus llagas dijeron cosas ofensivas contra el Dios del cielo.

12. El sexto ángel vació su copa sobre el gran río Éufrates, y el agua del río se secó#16.12 Cf. Is 11.15; Jer 50.38. La sexta trompeta también desató una invasión que venía del otro lado del Éufrates (Ap 9.13-19). para dar paso a los reyes que venían de oriente.

13. Vi que de la boca del dragón, de la boca del monstruo y de la boca del falso profeta,#16.13 El dragón y el monstruo son los ya mencionados en Ap 12 y 13.1-10, respectivamente. Falso profeta: Véase 13.11-12 n. salían tres espíritus impuros en forma de ranas.#16.13 Alusión a una de las plagas de Egipto (cf. Ex 7.25—8.14 [10]).

14. Eran espíritus de demonios, que hacían señales milagrosas y salían a reunir a todos los reyes del mundo para la batalla del gran día del Dios todopoderoso.

15. «Miren, yo vengo como el ladrón.#16.15 Ap 3.3; cf. Mt 24.42-44; Lc 12.39-40; cf. también 1 Ts 5.2-3. Se interrumpe la narración para incorporar un mensaje de Jesús. Dichoso el que se mantiene despierto y conserva su ropa, para que no ande desnudo y se vea la vergüenza de su desnudez.»#16.15 La tercera «bienaventuranza» (véase Ap 1.3 nota).

16. Y reunieron a los reyes en el lugar que en hebreo se llama Harmagedón.#16.16 Preparación para la batalla final de Ap 19.11-21. Harmagedón: única mención de este nombre en toda la Biblia; en hebreo significa monte (o región montañosa) de Meguido. El nombre sugiere el conflicto final, ya que en la llanura de Meguido, también llamada valle de Jezreel o de Esdrelón, se habían librado muchas batallas famosas (cf. Jue 5.19; 6.33—7.22; 2 R 9.27; 23.29-30; Zac 12.11).

17. El séptimo ángel vació su copa en el aire, y desde el santuario salió una fuerte voz que venía del trono y decía: «¡Ya está hecho!»

18. Entonces hubo relámpagos, voces#16.18 Voces: o estruendos. y truenos, y la tierra tembló a causa de un terremoto#16.18 Los relámpagos, voces, truenos y un terremoto, además de los granizos (v. 21), también habían precedido y seguido a la séptima trompeta (Ap 11.13,19), y habían sido parte del séptimo sello, con excepción del granizo (Ap 8.5). Véase también Ap 4.5 nota. más violento que todos los terremotos que ha habido desde que hay gente en el mundo.

19. La gran ciudad#16.19 La gran ciudad: Roma, capital del Imperio, simbolizada por el nombre de Babilonia (véase Ap 14.8 nota). se partió en tres, y las ciudades del mundo se derrumbaron; y Dios se acordó de la gran ciudad de Babilonia, para hacerla beber el vino de su ira terrible.#16.19 Ap 14.10; cf. Is 51.17; Jer 25.15.

20. Todas las islas y los montes desaparecieron,

21. y del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos,#16.21 Cf. Ex 9.22-26. Granizos: Se completan las alusiones a las plagas de Egipto. que pesaban más de cuarenta kilos,#16.21 Más de cuarenta kilos: Lit. un talento (véase Índice temático). y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios por la calamidad del granizo, porque fue un castigo muy grande.

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