Logo
🔍

Apocalipsis 7 DHH94I

«

1. Después de esto, vi cuatro ángeles que estaban en pie sobre los cuatro puntos cardinales, deteniendo los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.#7.1 Cf. Jer 49.36; Dn 7.2; Zac 6.5.

2. También vi otro ángel que venía del oriente, y que tenía el sello del Dios viviente. Este ángel gritó con fuerte voz a los otros cuatro que habían recibido poder para hacer daño a la tierra y al mar:

3. «¡No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, mientras no hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios!»#7.3 Ez 9.4-6; cf. Ap 2.17; 22.4. El sello es aquí una marca puesta sobre aquellos que pertenecen a Dios y que son protegidos en la hora de prueba (cf. Ap 3.10; 9.4). Cf. 2 Co 1.22; Ef 1.13; 4.30.

4. Y oí el número de los que así fueron señalados: ciento cuarenta y cuatro mil de entre todas las tribus israelitas.#7.4 El número 144.000 (12 x 12 x 1.000) simboliza la totalidad del pueblo de Dios. Probablemente se refiere a la misma multitud citada en 7.9-17, representada por dos símbolos sucesivos. Algunos, sin embargo, consideran que la visión de 7.1-8 se refiere al pueblo de Israel en sentido literal (cf. Ro 11.25-26).

5. Fueron señalados doce mil de la tribu de Judá, doce mil de la tribu de Rubén, doce mil de la tribu de Gad,

6. doce mil de la tribu de Aser, doce mil de la tribu de Neftalí, doce mil de la tribu de Manasés,

7. doce mil de la tribu de Simeón, doce mil de la tribu de Leví, doce mil de la tribu de Isacar,

8. doce mil de la tribu de Zabulón, doce mil de la tribu de José y doce mil de la tribu de Benjamín.#7.5-8 La lista de las doce tribus israelitas tiene un valor simbólico, y difiere de otras listas mencionadas en el AT (Gn 49; Ez 48). Aquí no se mencionan las tribus de Dan ni de Efraín; en cambio aparecen la de José y la de su hijo Manasés.

9. Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos.#7.9 Cf. Dn 7.14. Esta gran multitud son los que salieron victoriosos de la gran tribulación (v. 14); véase 7.4 n. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco#7.9 Vestidos de blanco: Véase Ap 3.4 n. y llevaban palmas#7.9 Palmas: símbolo de victoria (1 Mac 13.51; Jn 12.13). en las manos.

10. Todos gritaban con fuerte voz: «¡La salvación se debe a nuestro Dios#7.10 Cf. Ap 12.10; 19.1. que está sentado en el trono, y al Cordero!»

11. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se inclinaron delante del trono hasta tocar el suelo con la frente, y adoraron a Dios

12. diciendo: «¡Amén!#7.12 Amén: Véase 1.6 nota. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la gratitud, el honor, el poder y la fuerza sean dados a nuestro Dios por todos los siglos. ¡Amén!»

13. Entonces uno de los ancianos me preguntó: «¿Quiénes son estos que están vestidos de blanco, y de dónde han venido?»

14. «Tú lo sabes, señor», le contesté. Y él me dijo: «Estos son los que han pasado por la gran tribulación,#7.14 Dn 12.1; Mt 24.21; Mc 13.19; cf. Ap 3.10. los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.#7.14 Las han blanqueado en la sangre del Cordero: alusión simbólica a la purificación de los pecados en virtud de la muerte redentora de Cristo. Cf. Jn 1.29; 1 Jn 1.7, y también Ap 1.5; 3.5; 6.11.

15. »Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo. El que está sentado en el trono los protegerá con su presencia.

16. Ya no sufrirán hambre ni sed, ni los quemará el sol, ni el calor los molestará;#7.16 Is 49.10; cf. Sal 121.6. Los vv. 16-17 combinan varias alusiones al AT; véanse también las referencias en las notas siguientes.

17. porque el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor#7.17 El Cordero, en virtud de su muerte redentora, es también el pastor que cuida las ovejas, y que como rey las gobierna desde su trono (cf. Ez 34.23; Jn 10.1-16; Heb 13.20; 1 P 2.25; cf. también Ap 22.1-5). y los guiará a manantiales de aguas de vida,#7.17 Sal 23.1-2; Is 49.10; cf. Jn 4.10; 7.37-38. y Dios secará toda lágrima de sus ojos.»

»