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Romanos 3 DHH94I

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1. Entonces, ¿qué ventajas tiene el ser judío o el estar circuncidado?

2. Muchas y por muchas razones. En primer lugar, Dios confió su mensaje a los judíos.#3.2 Sal 147.19-20. El tema se amplía en Ro 9.4-5.

3. ¿Qué pasa entonces? ¿Acaso Dios dejará de ser fiel, por el hecho de que algunos de ellos hayan sido infieles?#3.3 Cf. 2 Ti 2.13.

4. ¡Claro que no! Al contrario, Dios actúa siempre conforme a la verdad, aunque todo hombre sea mentiroso; pues la Escritura dice: «Serás tenido por justo en lo que dices, y saldrás vencedor cuando te juzguen.»#3.4 Sal 51.4 (6) (gr.). Cuando te juzguen: El salmo citado afirma que, si Dios fuera sometido a juicio, sería evidente que tiene la razón.

5. Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve que Dios es justo, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto cuando nos castiga? (Hablo según criterios humanos.)

6. ¡Claro que no! Porque si Dios fuera injusto, ¿cómo podría juzgar al mundo?

7. Pero si mi mentira sirve para que la verdad de Dios resulte todavía más gloriosa, ¿por qué se me juzga a mí como pecador?#3.7 Objeciones como ésta son las que Pablo pone en boca de su supuesto interlocutor (Ro 2.1-11 n.).

Todos han pecado

8. En tal caso, ¿por qué no hacer lo malo para que venga lo bueno? Esto es precisamente lo que algunos, para desacreditarme, dicen que yo enseño; pero tales personas merecen la condenación.#3.8 Cf. Ro 6.1-2,15.

9. ¿Qué pues? ¿Tenemos nosotros, los judíos, alguna ventaja sobre los demás? ¡Claro que no!#3.9 ¡Claro que no!: otra posible traducción: no del todo. Porque ya hemos demostrado#3.9 Hemos demostrado: Cf. Ro 1.18—2.29. que todos, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado,

10. pues las Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo!

11. No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios.

12. Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno!#3.10-12 Sal 14.1-3; 53.1-3 (2-4).

13. Su garganta es un sepulcro abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora

14. y su boca está llena de maldición y amargura.

15. Sus pies corren ágiles a derramar sangre;

16. destrucción y miseria hay en sus caminos,

17. y no conocen el camino de la paz.

18. Jamás tienen presente que hay que temer a Dios.»

19. Sabemos que todo lo que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios;

20. porque nadie podrá decir que ha cumplido la ley y que Dios debe reconocerlo como justo,#3.20 Sal 143.2; cf. Gl 2.16. ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores.

21. Pero ahora, sin la ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos,#3.21 De qué manera nos hace justos: Lit. su justicia; véase Ro 1.17 nota. y esto lo confirman la misma ley y los profetas:#3.21 La ley y los profetas: los dos grupos principales de las Escrituras del AT. Cf. Ro 1.17; 4.3. Véase Introducción al NT (4).

22. por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia:

23. todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.#3.23 La presencia gloriosa de Dios: Cf. Ex 40.34-35; 1 R 8.11. Puede referirse a la relación original del hombre con Dios, a cuya imagen gloriosa fue creado (Gn 1.26-27; 1 Co 11.7). Tal relación se perdió a causa del pecado.

24. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos,#3.24 Dios... los hace justos: Véase Ro 1.17 nota. mediante la liberación que realizó Cristo Jesús.#3.24 Liberación (o redención): Aunque la palabra griega puede referirse a la liberación que se hace pagando un precio como rescate (cf. 1 P 1.18), es más probable que Pablo aluda aquí a la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, que Dios realizó con su poder (cf. Ex 6.6; 15.13), y a la liberación del pueblo después del destierro (cf. Is 43.1,14). Dios, por la muerte y resurrección de Jesucristo, realiza una liberación universal. Cf. Ro 8.23; 1 Co 1.30; Ef 1.7; Col 1.14.

25. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón.#3.25 Ef 1.7; 1 Jn 2.2. El instrumento del perdón: o el sacrificio para obtener el perdón (cf. 1 Jn 2.2). El término griego se usaba para designar la tapa del arca de la alianza, donde el sacerdote rociaba la sangre del animal sacrificado en el Día del Perdón (Lv 16). Se refiere aquí al valor de la muerte de Cristo. Véase Jn 1.29 n.; cf. Ef 1.7; Heb 9.12-15,24-26; 10.1-14; 1 P 1.18-19, y los pasajes sobre la Cena del Señor (Mt 26.28 y paralelos). Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes,#3.25 Perdonando: otra posible traducción: pasando por alto.

26. porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús.

27. ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído.

28. Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley.#3.28 Hch 13.39; Ro 1.17; Gl 2.16; Ef 2.8-9; 2 Ti 1.9; Tit 3.5.

29. ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones,

30. pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar en cuenta si están o no están circuncidados!

31. Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley?#3.31 Objeción del supuesto interlocutor (véase 3.7 n.). ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley.

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